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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2009  >  N°34, 31 aoÛt 2009  >  Zonas metropolitanas: una estrategia encaminada a la gobernación mundial [Imprimer]

Zonas metropolitanas: una estrategia encaminada a la gobernación mundial

por Pierre Hillard, París*

Las ciudades y las colectividades locales son de fundamental importancia para la estrategia de los globalizadores. Bajo la apariencia de fortalecer las autonomías locales, éstos planean, a todos los niveles, medidas tendientes a la desintegración de los estados nacionales, con el fin de lograr una gobernación mundial. Una extensa red de conexiones permite la formación de nuevas estructuras a nivel local, las que se extienden a organismos políticos a nivel regional, después continental, para finalmente terminar a nivel global en una única «esclusa»: el gobierno mundial. Esa estructura tiene como fin eludir el poder político de los estados. Esa es la meta de la institución «Ciudades y gobiernos locales unidos» (CGLU).
La CGLU resultó de la unión de tres instituciones globales que se ocupaban de los problemas locales: Unión internacional de las autoridades comunales (IULA por sus siglas en inglés), Asociación mundial de los estados unidos (FCMU por sus siglas en inglés) y Metrópolis. La IULA se creó en 1913 y es la más antigua de las organizaciones globales; su función consiste en fortalecer a las instituciones locales y representar a las administraciones locales en el ámbito de la urbanización. FCMU, creada en 1957, reúne a más de 1400 ciudades en más de 80 países, con el fin de crear redes sobre temas específicos y programas de cooperación sobre temas como medio ambiente, administración urbana y también apoyar a acciones internacionales. Metrópolis, creada en 1985, reúne en el mundo a más de 100 ciudades de más de un millón de habitantes. Esa asociación se ocupa de problemas específicos de grandes zonas metropolitanas.

«Autoadministración» comunal atada a la cuerda de Bruselas

Si bien esas tres organizaciones perduran, en 2004 se unificaron en París creando la CGLU, con asiento en Barcelona. Esa organización mundial presidida por el alcalde de París, Bertrand Delanoë tiene varias secciones. En el caso de Europa, tiene una formación piramidal que se apoya en la carta europea de la autoadministración comunal de 1981, elaborada por el reportero alemán Galette. Esa carta se inspiró en el sistema político alemán. Así, cada país europeo está provisto de un instituto propio para cuestiones locales, que cada vez más debe corresponder con las instancias supranacionales de Bruselas que con las autoridades nacionales. Podemos mencionar los ejemplos de Francia, Asociación Francesa del Consejo de comunidades y regiones de Europa (AFCCRE por sus siglas en francés) y de Suiza, Asociación suiza para el Consejo de las comunidades y regiones de Europa (SVRGRE por sus siglas en alemán).
Esas diversas organizaciones nacionales están reunidas en una instancia europea: el Consejo de las comunas y regiones de Europa (CCRE) fundado en 1951, el que en 2009 será presidido por el alcalde de Viena, Michael Häupl. En los años 1990, el presidente era Valéry Giscard D’Estaing, el padre de la constitución de la UE, la que fue rechazada por los votos de los ciudadanos franceses y holandeses, y por ese motivo reemplazada por el Tratado de Lisboa.

Bajo el dictado de la Central mundial

CCRE es sólo una sección de CGLU. Secciones similares a las europeas se encuentran en todos los continentes. De hecho, esa asociación mundial está compuesta de siete secciones regionales: CCRE (con asiento en Bruselas), África (sin asiento oficial), región asiática del Pacífico (con asiento en Jakarta), Eurasia (con asiento en Kazan), Latinoamérica (con asiento en Quito), Medio Oriente y Asia occidental (con asiento en Estambul) y Norteamérica (con asiento en Washington). Para que esas organizaciones operen en forma conjunta se elaboró una Carta mundial de la autoadministración (www.rgre.de/schlagzeilen/resolutionen/-weltcharta/entwurf.htm). Inspirado en la Carta de la UE, ese documento fue redactado por Heinrich Hoffschulte, presidente de un grupo de trabajo dentro de la ONU, y su función es tener bajo tutela a todas las corporaciones comunales en el mundo. De hecho, la colaboración entre las instancias europeas y la ONU es evidente: Heinrich Hoffschulte había sido vicepresidente de CCRE en los años 90 bajo la presidencia de Valéry Giscard d’Estaing.
Hemos tratado de aclarar el «esqueleto» de la gobernación local, desde las bases hasta las más altas esferas. Una línea de conducta común debería regular esta enorme estructura que va en detrimento de los estados, ya que los hace innecesarios. Toda esa organización acompaña a las actuales turbulencias políticas y financieras con el fin de erigir un gobierno mundial con un sistema común de moneda, bancos, leyes etc. La novela de Aldous Huxley «Un mundo feliz», publicada en 1932, está en camino de convertirse en realidad.     •

*    Pierre Hillard es profesor de relaciones internacionales en la Escuela de economía ESCE en París, y autor del libro «La Fondation Bertelsmann et la Gouvernance mondial» (La fundación Bertelsmann y el gobierno mundial) publicado en 2009 en la Edition F. X. de Guibert.
(Traducción Horizons et débats)