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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°28, 14 juillet 2008  >  ¿En qué medida la democracia alemana es aún democrática? [Imprimer]

¿En qué medida la democracia alemana es aún democrática?

La fundación «Friedrich Ebert», cercana a la SPD (Partido Social Demócrata) presentó a fines de junio el resultado de un sondeo representativo que realizó en Alemania bajo el título: «Situaciones personales de vida, posiciones frente a reformas, potenciales del distanciamiento de la democracia, y actitud con respecto a las elecciones». Ya al comenzar dice: «El resultado central del estudio evidencia un gran distanciamiento de los ciudadanos con respecto a la política. Uno de cada tres no confía en que la política sea capaz de solucionar problemas.»

km. Desde el 24 de enero hasta el 4 de marzo de 2008, se realizaron 2503 encuestas con ciudadanos alemanes mayores de 16 años. 1750 en Alemania occidental y 753 en Alemania oriental.
Los resultados en particular:
•    El 26 % de los alemanes se consideran «tratados más bien injustamente». En ciertos grupos ese porcentaje es aún más alto: entre los desocupados es de un 74%; un 71% entre los que reciben el subsidio Hartz lV (subsidio mínimo para desocupados), y entre los trabajadores activos un 48%.
•    El 23% de los alemanes se sienten «totalmente del lado de los perdedores en la evolución social y económica».
•    El 57% de los alemanes son más bien escépticos con respecto a las «reformas» de los últimos años.
•    El 37% de los alemanes creen que la democracia en Alemania no funciona bien o incluso mal. Ésta es la opinión del 61% de los alemanes del este.
•    El 25% de los alemanes son de la opinión que no vale la pena abogar por el modo de vida actual en la sociedad alemana. En Alemania oriental el 38% es de esa opinión, en la clase trabajadora de todo el país un 37%, y entre los desocupados y beneficiarios de Hartz lV incluso un 52%.
•    El 33% de los alemanes son de la opinión que con la democracia, del modo como funciona en Alemania, no es posible que puedan resolverse los problemas existentes en el país. En Alemania del este incluso un 53% es de esta opinión.
•    El 47% de los alemanes consideran como probable «no ir a votar en las próximas elecciones parlamentarias».
•    Finalmente: el 25% de los alemanes coinciden en la afirmación: «en realidad quiero la democracia, pero con la manera de funcionar entre nosotros, no tengo nada que ver.»
Los resultados de la encuesta demuestran que muchos alemanes son conscientes de la evolu­ción política y social en Alemania y pueden estimarla y juzgarla con exactitud: es decir, sus juicios coinciden con los resultados de un análisis objetivo y realista de la evolución política y social en Alemania. Por experiencia propia, se sabe bien lo que significa el ser marginado socialmente sin ser personalmente responsable de ello, y políticamente no poder cambiar en nada esa situación.
Sería recomendable para todos los responsables, que no traten de manipular estas corrientes de opiniones mintiendo todavía más y haciendo falsas promesas, sino que de una vez por todas, empiecen a reflexionar cómo se puede realizar más justicia y más democracia en Alemania.
El típico recurso justificador de la clase gobernante – la inevitable globalización o variantes por el estilo – debe arrojarse al basurero de la retórica política. Los ciudadanos volverán a ganar confianza cuando la situación realmente cambie positivamente, y cuando en ese proceso sean tomados en cuenta. Ésto es posible y es sólo una cuestión de voluntad política.
El «Frankfurter Rundschau» publicó el 3 de julio un artículo interesante sobre empresas alemanas que trasladan nuevamente su producción a Alemania, después de haberse ido al extranjero hace años en el entusiasmo de la globalización. En ese artículo se cita una frase memorable del ecónomo canadiense Jeff Rubin: «La globalización es irreversible.»
De hecho: no hay una ley universal válida para la evolución política y social. Lo decisivo es la voluntad política. Así fue en el pasado, lo es en el presente y lo será en el futuro. Tanto en Alemania como en todo el mundo los seres humanos pueden reunir la razón, el valor y la fuerza suficientes para encauzar las cosas de modo tal, que se eviten catástrofes aun mayores que las ocurridas hasta ahora. Una exigencia para cada uno, en Alemania y en el resto del mundo.    •