Declaración en torno al ilegal ataque de Georgia contra Osetia del Sur

La autodefensa frente a la ilegal guerra ofensiva de Georgia contra Osetia del Sur está justificada.

1.    Con el desmoronamiento de la antigua Unión Soviética, en septiembre de 1990, meses antes que Georgia y de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, Osetia del Sur declaró su independencia. En referendos – el último en 2006 – la mayoritaria población rusa de Osetia del Sur se ha pronunciado una y otra vez por la independencia respecto de Georgia.
2.    En el acuerdo de Sochi, en 1992, los gobiernos de Georgia, Osetia del Sur y Rusia, a fin de evitar nuevos conflictos militares, acordaron velar por la paz en la región mediante de una fuerza de paz compuesta por tropas de dichos países y una comisión de control conjunta. Más tarde como apoyo se enviaron observadores de la ONU y de la OSCE.
3.    La noche del 7 al 8 de agosto, poco antes de la medianoche, tropas georgianas, en una clara vulneración del derecho internacional, invadieron el territorio del Estado de Osetia del Sur. Con apoyo de artillería, lanzamiento de cohetes y el simultáneo avance de un nutrido destacamento de tanques, atacaron la capital, Tsjinvali, provocando grandes daños y ocupándola parcialmente. La indefensa y confiada población civil fue atacada deliberadamente por la noche y en el momento en que la atención del mundo estaba puesta en los Juegos Olímpicos, en China.
La muerte deliberada de hasta 2000 civiles, ciudadanos rusos en su mayoría, no puede valorarse más que como el comienzo de un genocidio, y la previa huida forzosa de muchas personas hacia Osetia del Norte como una expulsión.
4.    Por tanto, no hay duda de que, según las reglas del derecho internacional, se trata de una guerra de agresión ilegal de Georgia contra Osetia del Sur, ya que:
•    el Estado de Osetia del Sur, cuyo pueblo se ha manifestado en elecciones libres a favor de su autonomía y de un sistema político propio, fue de hecho atacado militarmente;
•    el territorio de Osetia del Sur, una zona protegida por acuerdos internacionales, fue atacado y parcialmente ocupado por Georgia;
•    las fuerzas de paz internacionales allí estacionadas en virtud de un acuerdo fueron atacadas; y
•    es incuestionable que no existían razones para el ejercicio del derecho a la autodefensa por parte de Georgia.
5.    En tal situación, el derecho internacional legitimaba a Rusia a defenderse de la ilegal agresión de Georgia a fin de proteger a sus ciudadanos – más del 90% de las personas que viven en Osetia del Sur son ciudadanos rusos – y a los soldados rusos que forman parte de las tropas de paz, así como para continuar con su misión de defensa en aras del mantenimiento de la paz. Así, Rusia, a fin de defenderse, en virtud del vigente derecho de guerra era libre de elegir los medios para una defensa eficaz. Las tropas rusas no atacaron a civiles, sino únicamente objetivos militares.
6.    Tras la declaración de independencia de Kosovo, el 17 de febrero de 2008, la mayoría de los países de la OTAN la reconocieron de inmediato, a pesar de que, según los principios internacionales, las condiciones necesarias para un Estado independiente se daban menos en Kosovo que en Osetia del Sur. En Kosovo, los EE.UU. habían empezado ya en 1999 a levantar una gigantesca base militar (Camp Bondsteel), ubicada no por casualidad en las proximidades del trazado del oleoducto transbalcánico AMBO.
7.    Al ilegal ataque de Georgia contra Osetia del Sur y las tropas de paz, le precedieron numerosas actividades militares preparatorias de los EE.UU. e Israel, suministrando a ese país durante años armamento y enviando cientos de asesores militares, con el evidente objetivo de desestabilizar Rusia y preparar una guerra ofensiva contra Irán. También estas actividades representan una vulneración del derecho internacional vigente.
8.    Por respeto al derecho internacional vigente, a la Carta de las Naciones Unidas y a los derechos humanos universales, que constituyen nuestra escala de valores, exigimos por tanto que el Presidente de Georgia, los altos oficiales del ejército georgiano que lo han apoyado, así como los asesores militares de Israel y los EE.UU. involucrados sean llevados ante el Tribunal Internacional de La Haya.
En Feldkirch, a 31 de agosto de 2008.
Prof. Dr. Alfred M. de Zayas
Especialista en Derecho Internacional
Secretario emérito en el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos, en Ginebra
Prof. Dr. Peter Bachmaier
Ex director del Instituto Austríaco
para el Este y Sur de Europa, en St. Pölten
Prof. Dr. Jörg Becker
Profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales en la Univ. de Marburgo
Franz Masser
Ex jefe de la policía de Hamburgo
Prof. Dr. Edmund Lengfelder
Médico especialista en medicina nuclear
y catástrofes nucleares,
presidente de la junta directiva
del Instituto nuclear Otto Hug, en Munich
(Traducido del alemán al español por
Javier Fdez. Retenaga, miembro de Tlaxcala)