Horizons et débats
Case postale 729
CH-8044 Zurich

Tél.: +41-44-350 65 50
Fax: +41-44-350 65 51
Journal favorisant la pensée indépendante, l'éthique et la responsabilité pour le respect et la promotion du droit international, du droit humanitaire et des droits humains Journal favorisant la pensée indépendante, l'éthique et la responsabilité
pour le respect et la promotion du droit international, du droit humanitaire et des droits humains
18 juillet 2016
Impressum



deutsch | english
Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°27, 7 juillet 2008  >  La República Democrática del Congo puede alimentar a todo el continente africano y los países de la Unión Europea [Imprimer]

La República Democrática del Congo puede alimentar a todo el continente africano y los países de la Unión Europea

por Joseph M. Kyalangilwa, presidente del Great Lakes Forum International (Suiza)

En diversos artículos publicados hemos demostrado que si los países africanos realmente explotaran su potencial agrícola, seguramente no tendrían necesidad de importar de otros continentes los productos de mayor consumo (arroz, maíz, sorgo, soja, bananas, mandioca, patatas, aceite de palma etc.). Los miles de millones de sus petro dólares no irían a enriquecer aún más a los multimillonarios del otro lado del Atlántico, sino podrían invertirse en el desarrollo de todo el continente africano.
Los países africanos que tienen petróleo pero poca tierra arable, podrían asegurar el abastecimiento alimentario, importando de otros países africanos con mayor producción agrícola, alimentos frescos a costos más bajos. Este intercambio económico impulsaría el desarrollo tanto de unos como de otros, sin tener que aceptar las condiciones inhumanas, impuestas en este momento a los gobiernos africanos por los tradicionales financieros occidentales.

La agricultura debe tener prioridad

Los yacimientos y las reservas de petróleo se agotarán un día, no así la agricultura. Se dice que gobernar es prever; por tanto, los gobiernos africanos que proclaman velar por los intereses de sus respectivas naciones, deben destinar, como mínimo, un 25% del presupuesto nacional para la agricultura. Los chinos siempre sostuvieron que es mucho mejor enseñar a un pueblo a autoabastecerse que perder tiempo alimentándolo parcialmente desde fuera. Por eso, al nombrar ministros de agricultura, pezca y desarrollo rural, deben tenerse en cuenta no sólo sus capacidades empresarias sino también sus conocimientos téc­nicos y experiencia en explotación agrícola. Ya pasó el tiempo de los discursos amenos de los políticos africanos, que desde hace 40 años se dejan guiar por promesas falsas de los financieros occidentales y organizaciones internacionales. Todas esas promesas nunca dieron y no darán resultados que beneficien a la población de los estados africanos; pero éstos tienen el derecho a una seguridad alimentaria y a un desarrollo a partir de sus propias posibilidades.

África central cuenta con muchas tierras arables

La República Democrática del Congo cuenta con más de 80 000 000 ha. (800 000 km2) de tierra arable, el segundo país en el mundo después de Brasil; tendría capacidad para alimentar dos mil millones de personas del planeta, lo que equivaldría a: África (918 014 166 habitantes) y América (902 157 549) o África, Europa (734 129 205) y Oceanía (33 594 581).
La República Democrática del Congo es uno de los países de África Central. Según la Resolución No. CM/Res. 464 (XXXVl) de la Unión Africana del 23 de febrero y 1o de marzo de 1976, la región de África Central está compuesta por los países siguientes: 1. Camerún, 2. República de África Central, 3. Congo Brazzaville, 4. República Democrática del Congo, 5. Gabón, 6. Guinea Ecuatorial, 7. Sao Tomé-et-Principes, 8. Chad. A lo largo de la cuenca del río Congo, esos países poseen grandes superficies cubiertas de bosques, los cuales gozan de una protección mundial especial. En el cuadro siguiente se indica la superficie de cada uno de los ocho países y el porcentaje de sus tierras arables explotadas.
Este cuadro muestra claramente, que excepto Camerún, la superficie de tierra arable de todos los otros países de África Central es mínima en relación a su superficie total, en gran parte cubierta de bosques tropicales. Considerando el crecimiento de la población (en África Central se duplica cada veinte años y un 67% son menores de 18 años) es urgente que cada país de esa región disponga, como mínimo, de un 15% de su superficie para la explotación agrícola. El cuadro siguiente muestra la superficie que es explotada en este momento y la que podrá explotarse en el futuro. La superficie de tierras arables de la República Democrática del Congo es de 80 000 000 ha. (800 000 km2), es decir 34.115% de la superficie total del país.
Con la superficie ganada para la agricultura, en 2008 África Central podrá asegurar la soberanía alimentaria de su población (ca. 150 000 000 habitantes) y además alimentar a otros 2 mil millones de personas. En ese período, la República Democrática del Congo utilizará 35.2 millones de sus 80 millones de has. de tierra arable.
Países de occidente que están inquietos por la sucesiva disminución de la producción de petróleo, planean intensificar la producción de biocombustibles. Por sus posibilidades agrarias, el foco de atención está puesto en Brasil y la República Democrática del Congo. El gobierno de la República Democrática del Congo deberá estar atento, y evitar por todos los medios de dejarse envolver por las ofertas atractivas de miles de millones de dólares, que los inversores aportan para obtener licencias sobre millones de hectáreas para la producción de aceite de palmera. En principio, no tenemos nada en contra de esas inversiones, pero esas concesiones no pueden incluir zonas de bosques tropicales. El país tiene enormes superficies arables que están sin utilizar: en 1974, el dictador Mobutu había estatalizado grandes extensiones y las había repartido entre políticos partidarios, quienes las abandonaron por falta de experiencia.
Aprobamos que la República Democrática del Congo llegue a alimentar a su población. Los agricultores continúan con la producción de alimentos, pero en 1984, por ejemplo, éstos se echaron a perder por falta de calles de enlace para hacer llegar los productos hasta los centros de consumo. Ese aislamiento de las zonas de cultivo aumentó la inseguridad en muchos campesinos, y los llevó a desplazarse hacia las ciudades.
En 1980, más del 80% de la población congolesa del interior dependía de ayuda para subsistir. El gobierno central debe, sobre todo, invertir en infraestructuras nacionales, y hacer lo posible para que los caminos en zonas rurales, en ciertas épocas impasables, se mantengan transitables durante todo el año. Siendo así, los campesinos seguramente retornarían de la ciudad al campo. Un ejemplo es la restauración del eje de rutas Bukavu-Kasongo pasando por Mwenga-Kamituga, que desgraciadamente ha quedado sin terminar a 150 km de Bukavu. A lo largo de esa calle, muchos habitantes de Bukavu compran terrenos y tierras que se han concedido para la agricultura. Construyen viviendas, casas de comercio y pronto también fábricas para manufacturar los productos agrícolas (aceite, arroz, cereales), pero también hoteles y restaurantes con cocina local, etc. Lo mismo ocurre con el eje de rutas en la provincia Ecuador, abierto recientemente.
Los habitantes de Lubumbashi (Katanga), por otro lado, se quejan de la falta de maíz, mientras que miles de toneladas de maíz se echan a perder en el districto de Tanganyila. La causa es siempre la misma: falta de rutas para el transporte de los productos agrícolas. Los ministros de agricultura, transporte e infraestructura deben tomar medidas para que los campesinos no se resignen y abandonen. La República Democrática del Congo no debe ser considerada como un país que no pueda autoabastecerse.     •