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Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°31, 4 août 2008  >  El conflicto en Palestina – «una grave negligencia de la comunidad internacional» [Imprimer]

El conflicto en Palestina – «una grave negligencia de la comunidad internacional»

Interviú a Richard Falk, reportero especial de las Naciones Unidas para las zonas ocupadas en Palestina*

thk. En la octava reunión del Consejo de derechos humanos en Ginebra, pronunció su discurso de toma de posesión el americano Richard Falk, recientemente elegido como reportero especial sobre la situación de derechos humanos en Palestina y en otras regiones árabes ocupadas. Para su primera exposición frente a ese gremio, esperada con sumo interés, Richard Falk se orientó en el informe de su antecesor, John Dugard, quien en los últimos cuatro años informó detalladamente sobre la situación catastrófica en las zonas ocupadas por Israel. Dugard entregó su mandato a Richard Falk, ciudadano judío americano, quien fue fuertemente atacado en la ONU por parte de Israel y EE.UU. antes de su elección. A pesar de la fuerte oposición, obtuvo su mandato como reportero especial.
En su discurso frente al Consejo de derechos humanos aseguró que pondrá todos sus esfuerzos para mejorar las condiciones de vida en las zonas ocupadas y contribuir a un fin del conflicto. A su vez dió a conocer la ampliación de su mandato, para también investigar sobre violaciones de los derechos humanos por parte de los palestinos hacia los israelíes. En la discusión siguiente dejó claro que sabe diferenciar muy bien entre ocupados y ocupantes, entre víctimas y culpables del conflicto.
Después del discurso y la siguiente discusión, Horizons et débats tuvo la oportunidad de realizar un interviú con Richard Falk en el que habló de la situación en el cercano oriente y sobre los motivos de la ampliación de su mandato.

Un plan de pacificación para todo el cercano oriente

Horizons et débats: La primera pregunta permitirá dar una visión general. El conflicto entre Palestina e Israel no es el único en esa región. ¿Qué posibilidades hay de ponerles un fin, existe una solución para la región?

Richard Falk: Es una pregunta importante, ya que la situación en esa región se ha ido empeorando progresivamente, sobre todo durante la presidencia de Bush. De hecho, toda esa zona es, en general, una zona en conflicto. Yo creo que el mejor antídoto para tratar de encontrar un acercamiento constructivo, sería creando un marco de seguridad, en el que todos los gobiernos de la región se comprometan mutuamente a la no agresión y a resolver sus problemas pacíficamente. El éxito de un proceso tal dependería de EE.UU., que debería o bien apoyar ese proceder regional o cooperar directamente junto con otros estados: por ejemplo Rusia, la UE. China e India. Creo que es una iniciativa que vale la pena.
Otra solución sería la abolición de todas las armas de destrucción masiva en la región, incluido el arsenal de armas atómicas de Israel. Esta medida permitiría avanzar en la resolución de los problemas con Iraq e Irán, utilizados en los últimos años como excusa para guerras de agresión. Para mí, éstos son los dos primeros pasos, sobre todo si van coordinados con el retiro de las tropas norteamericanas de Iraq. Con ésto me refiero no sólo a un «desplazamiento» sino a un retiro total sin ningún tipo de bases militares permanentes.
Cada forma de presencia militar es para mí inaceptable.
Yo creo que estos tres cambios políticos harían posible un proceso equilibrado para resolver el conflicto palestino-israelí. Si todo ésto se realizara o comenzara a realizarse, entonces habría esperanza de estabilización en la región. Habría otras condiciones pertinentes que podrían favorecer ese proceso, como por ejemplo, la estabilización del precio del petróleo y el impedir que la recesión norteamericana se agrave y se extienda sobre la economía mundial.
Si se piensa racionalmente sobre el futuro, el primer objetivo tendría que ser la estabilidad en el cercano oriente. Ésto exige justicia para los pueblos de la región, comenzando por resolver la situación de crisis de los palestinos y el fin de la ocupación en Iraq.

«Israel ¿tiene realmente la intención de reducir la violencia?»

Usted es el nuevo reportero especial para Palestina, y por eso queremos poner la atención en ese conflicto.¿Cómo ve las condiciones de vida de los palestinos?

Ésto lo puedo contestar de dos maneras diferentes. Como reciente enviado especial no he realizado aún una investigación independiente sobre ese punto, por lo que no estoy en condiciones de comentar la situación actual. Como ciudadano, estoy preocupado desde hace mucho tiempo por el sufrimiento del pueblo palestino bajo esa ocupación, históricamente sin igual, que dura ya más de cuarenta años. En los últimos meses tuve la impresión que en Gaza existe el peligro de una verdadera catástrofe humanitaria, sobre todo por el sitio y la política perseguida por Israel desde que Hamas ganó las elecciones a principios de 2006.
En cierto modo, esas duras condiciones de vida significan un martirio diario para los habitantes de Gaza; aún cuando no provoquen muertes masivas o víctimas del hambre, son de por sí una catástrofe. La preocupación por los habitantes de Gaza no concierne al futuro. Es una realidad del presente y es imperdonable la lentitud de la comunidad internacional en reconocer la gravedad de la situación y reaccionar.
Sobre todo la UE y aún más EE.UU., a causa del problema con Hamas, han estado impedidos de ocuparse del sufrimiento de los habitantes de Gaza y de los palestinos en general. Me resulta chocante que se le haya prestado tan poca atención a las repetidas ofertas de Hamas de un armisticio a largo plazo y a sus esfuerzos de poner fin a las acciones violentas entre los dos pueblos. Tengo entendido que Hamas, a pesar de repetidas provocaciones por parte de los israelíes, declararó un armisticio unilateral el primer año después de las elecciones en enero de 2006 y lo mantuvieron. Durante ese tiempo los israelíes continuaron con las ejecuciones y las invasiones militares en las zonas de palestinos. Por eso uno se pregunta si Israel está realmente interesado en reducir la violencia, la que va unida a su política de seguridad en las zonas ocupadas.

Un estado para los palestinos

¿Cómo se puede contribuir al mejoramiento de esta situación? En este contexto,¿cómo ve Usted su función como reportero especial para Palestina?

Yo creo que la situación del pueblo palestino puede y debe mejorarse. Es difícil imaginarse que esta realidad actual pueda continuar así infinitamente. En general, situaciones como ésta empeoran si no se logran mejorar. Es decir, que la simple continuidad de la estructura actual de la ocupación, ya de por sí, lleva a un empeoramiento de la situación humanitaria en Gaza y en las zonas palestinas ocupadas en general. Por otra parte, es casi imposible imaginarse un cambio decisivo en la política de seguridad, sin un cambio verdadero en el gobierno de Israel o como consecuencia de algún cambio significativo en la política de EE.UU.
Ninguno de estos dos procesos parece ser de alguna manera posible en la actualidad. Desgraciadamente, los actuales candidatos a la presidencia en Norteamérica no parecen ser capables de presentar puntos de vista innovadores en el conflicto israelí-palestino. El clima político hace creer a los políticos americanos que, para ser dignos de crédito, deben mostrar un apoyo del 110% a Israel, independientemente de lo que haga este país. Ésto es muy desmoralizador con respecto a lo que podemos esperar de Washington en un futuro cercano. Para evitar de caer en la desesperación y el cinismo, tenemos que tomar en cuenta algunos hechos sorprendentes de la historia reciente, que fueron mucho más allá de lo esperado.
El fin sin violencia del sistema de apartheid en Sudáfrica parecía utópico hasta que se realizó. Una élite blanca racista gobernaba el país con mano de hierro. Parecía que ese sistema no cambiaría nunca, a menos que fuera vencido por una lucha armada y llegara así a un punto que esa apartheid resultara insostenible. Lo que se logró de una manera notable fue, al contrario, el persuadir al gobierno de aceptar una derrota pacífica de la apartheid acompañada por los primeros pasos hacia una democracia constitucional multiracial. Hay israelis que, estimulados por la experiencia sudafricana, piensan y trabajan en esa dirección.
Yo creo que una parte de mi mandato consistirá en alentar a las personas en Israel,en EE.UU., en la Europa y en otros lugares, para que traten de entender, que es en beneficio de los intereses de ambos pueblos a largo plazo, encontrar el coraje, la sabiduría y la sensibilidad para comprometerse en lograr un futuro en paz. Deben entender que mientras Israel continúe con la construcción y ampliación de sus barrios en Cisjordania, en y alrededor de Jerusalén, que persista con otras actividades como la costosa construcción de una red de comunicación entre las colonias y dentro de los límites de Israel anteriores a 1967, será cada vez más difícil concebir una solución con dos estados, ni hablar de realizarla. No cabe duda que los esfuerzos de Israel por crear hechos definitivos en los últimos 40 años, han vaciado de contenido lo que éste aún presenta como su visión de un futuro pacífico.
Si uno quiere la paz, el estado palestino no puede ser sólo una ficción. Como mínimo debe ser un estado realmente soberano, con una unidad geográfica en la totalidad de Cisjordania y tener partícipación en la administración de Jerusalén.

El derecho internacional sigue siendo fundamental

Hemos hablado sobre la situación en Palestina y las posibilidades de un proceso de pacificación. Pero toda la problemática es asimétrica. Desde hace decenios, Israel viola abiertamente el derecho internacional y pisotea el derecho humanitario internacional. Sin el respeto a esos dos pilares, no será posible la paz en Palestina.¿Qué piensa Usted al respecto?

Yo creo que esta cuestión es compleja e importante a la vez. Es compleja porque Israel se presenta como una sociedad democrática, como un sistema político muy comprometido con las normas de un estado de derecho. Su legitimación depende del respeto a los principios de la democracia constitucional. Los dirigentes israelíes son conscientes que el derecho internacional está del lado de los palestinos en lo que conscierne a las cuestiones fundamentales del conflicto (retiro de las zonas ocupadas en 1967, estatus de las colonias, reivindicaciones con respecto a Jerusalén, derechos de los refugiados palestinos). Hasta ahora el gobierno norteamericano ha apoyado a Israel en todas las negociaciones diplomáticas insistiendo en la recusación del derecho internacional. Ésto sugiere que una solución del conflicto no debe fundamentarse sobre los derechos sino sobre el poderío de cada uno.
Es por eso que las negociaciones entre las dos partes deberían basarse plenamente en la realidad territorial, y no en las condiciones de una paz justa dictadas por las Naciones Unidas o conformes al derecho internacional. Esta actitud ha tenido algunas consecuencias nefastas y ha hecho imposible el convenir una paz que sea aceptable para los palestinos. También les ha dejado la impresión que de poco les sirve el tener de su parte el derecho internacional o la ONU. Ellos continúan sufriendo, los cadáveres siguen acumulándose y sus territorios no cesan de ser reducidos para crear hechos definitivos.
A la larga, a la mayoría de los palestinos, esta experiencia les transmite el mensaje que el único medio para obtener resultados es reaccionar con violencia frente a la situación de opresión. Los palestinos ven que la Hezbollah ha logrado que los israelís se retiren en gran parte del sur de Libanon, y comparan esta situación con la propia. El mensaje de la comunidad internacional y en especial de EE.UU., es que el derecho internacional, en la práctica, no ayuda a los débiles; ayuda a los poderosos y a los opresores a desacreditar la resistencia a la opresión.

Ampliación del mandato

En su discurso Usted mencionó la ampliación de su mandato. Muchos miembros del Consejo han querido saber porqué Usted pidió esa ampliación. ¿Por cuáles razones lo hizo y en qué relación está con el derecho internacional y los derechos humanos?

Yo pienso que hay una razón de principio y una razón pragmática o práctica. La razón de principio es que la comprensión del argumento de seguridad y el problema de las violaciones del derecho internacional a raíz de la ocupación, depende de la manera de evaluar los argumentos legales de Israel, que evoca el argumento de la seguridad para justificar su proceder. Para tratar esta cuestión central, es conveniente ver en qué medida el comportamiento de los palestinos le da a Israel una justificación legal para su comportamiento.
Esta forma de examinar la situación no presupone una simetría entre el ocupante y el ocupado o entre las víctimas y sus opresores. Un exámen equilibrado muestra la verdadera estructura de las asimetrías de una manera más creíble, más efectiva y da una respuesta justa a los argumentos de la potencia ocupante.
El motivo práctico es, que a los apologistas de Israel y EE.UU. les resultó muy fácil centrar la atención hacia la parcialidad del mandato formal y argumentar que esa parcialidad desacredita no sólo al mandato sino al Consejo de derechos humanos y a las Naciones Unidas en general. El insistir siempre sobre la parcialidad del mandato fue una forma muy eficaz de eludir los reclamos substanciales de los palestinos. Esa crítica al mandato tenía la ventaja de encauzar la atención, en gran parte, hacia los procedimientos técnicos que conciernen a la parte formal de la encuesta. Yo pienso, que tanto por la razón de principio como por la práctica, fue oportuno tratar esa cuestión al comienzo de mi nombramiento. Yo sabía que esa era una cuestión delicada, pero reconozco que anteriormente no había tenido conciencia de lo complicado y difícil que sería adoptar mis recomendaciones.

Queremos felicitarlo por su nombramiento como reportero especial para Palestina. La resistencia por parte de EE.UU. e Israel fue inmensa, por eso nos alegró aún más el hecho que haya sido elegido.

Si, de hecho me sorprendió. Tenía conciencia que Israel y EE.UU. se oponían activamente a mi nombramiento, y que estaban muy en contra del mandato y de mi antecesor John Dugard. Según me informaron, los dos gobiernos hicieron gran presión para que otro tipo de persona sea nombrada por el Human Rights Council (HCR) y que estaban furiosos de ver que esos esfuerzos fracasaron y que fui elegido a pesar de esa campaña. Sí, eso me sorprendió.

Muchas gracias por haberse tomado el tiempo para responder a nuestras preguntas. Le deseamos mucho éxito en su exigente misión.

Soy yo quien les agradezco. Trataré de hacer lo mejor posible para los dos pueblos. Los palestinos, sobre todo, han sido traicionados por la comunidad internacional durante años.
El hecho de que ésta no asumiera su responsabilidad con respecto a la fundación de Palestina por mandato británico después de la primera guerra, es parte de esa traición.
Fundamentalmente, el mandato que me ha sido confiado significa un reconocimiento simbólico de esa responsabilidad por parte de las Naciones Unidas.    •
(Traducción Horizons et débats)

*    Richard Falk es jurista y ecónomo, profesor retirado de derecho internacional y política de la universidad de Princeton. En 2001, fue miembro de la Comisión Investigadora de las Naciones Unidas para los territorios de Palestina junto al profesor sudafricano de derecho internacional John Dugard y el ex ministro de relaciones exteriores de Bangladesh, Kamal Hussein. El 26 de marzo de 2008 fue nombrado reportero especial sobre la situación en los territorios de Palestina por el Consejo de derechos humanos de la ONU. En junio de 2008, sucedió en ese cargo al experto en derecho internacional y apartheid John Dugard.