Horizons et débats
Case postale 729
CH-8044 Zurich

Tél.: +41-44-350 65 50
Fax: +41-44-350 65 51
Journal favorisant la pensée indépendante, l'éthique et la responsabilité pour le respect et la promotion du droit international, du droit humanitaire et des droits humains Journal favorisant la pensée indépendante, l'éthique et la responsabilité
pour le respect et la promotion du droit international, du droit humanitaire et des droits humains
18 juillet 2016
Impressum



deutsch | english
Horizons et debats  >  archives  >  2009  >  N°14, 14 avril 2009  >  Alemania – punta de lanza de la alianza EE.UU. y GB contra Suiza [Imprimer]

Alemania – punta de lanza de la alianza EE.UU. y GB contra Suiza

thk. Los ataques de Alemania contra Suiza han dominado los medios en las últimas semanas. Las inculpaciones se repiten como letanías, como es común en las campañas periodísticas. Al observar ésto, se llega a la conclusión de que no se trata de un par de euros miserables que aparentemente fueron transferidos a Suiza sin conocimiento del fisco alemán, sino que por detrás hay un plan mucho más grande. El hecho de que Suiza, en la cumbre G 20, fue puesta en la lista gris de OEDC – según dijeron, para probar su credibilidad; que al mismo tiempo, verdaderos oasis fiscales como Macao y Hongkong se dejaron de lado, porque China, de lo contrario, impediría que se dieran a conocer las listas; y que a su vez las islas del Canal como Isle of Man, Guernsey y Jersey figuran en la «lista blanca», entonces surge la pregunta sobre los estándars que rigen para esas listas dudosas.
La decisión de la G 20 fue por iniciativa de EE.UU. y Gran Bretaña, que quieren proteger sus propios oasis y centros financieros frente a la competencia. La punta de lanza verbal contra Suiza es Alemania. Si bien por la parte alemana se apeló a una moderación en el diálogo político, los socialdemócratas, sobre todo, siguen en la misma posición de Peer Steinbrück, con respecto a las leyes fiscales de Suiza.

Todavía no ha llegado una debida disculpa

El diálogo entre la directora del Departemento para cuestiones exteriores (EDA), la consejera federal Micheline Calmy-Rey, y su colega alemán y compañero de partido Frank-Walter Steinmeier, así como la conferencia de prensa a continuación, mostraron que Alemania parece moderar su tono; sin embargo, de su parte, no hubo una disculpa por los ataques del Ministro de economía Steinbrück – necesaria desde hace tiempo – a pesar de que Calmy-Rey varias veces expresó claramente que no se puede tratar de ese modo a un vecino pacífico.
El «Neue Zürcher Zeitung» del 2 de abril, comenta también el éxito dudoso de ese encuentro – que no dependió del comportamiento de la consejera – de la manera siguiente: «Si se considera el casi demostrativo laconismo de Calmy-Rey como valor nominal, se llega también a la conclusión de que Steinmeier, detrás de las bambalinas, tampoco demostró tener mucha comprensión o simpatía por el punto de vista del gobierno suizo.»

Empresas suizas invierten más de 50 mil millones de francos suizos en Alemania

El ministro no está obligado a ello, pero un mínimo de buenas maneras es la base indispensable para el diálogo entre dos estados. Además, debe tomar en cuenta lo que la consejera federal Calmy-Rey en diversos centros oficiales dejó dicho: «que cada día más de 44 000 trabajadores fronterizos vienen de Alemania para trabajar en Suiza» … «que más de 230 000 alemanes viven en Suiza y se ganan la vida aquí» … «que Suiza, en 2008, como fue acordado en el contrato sobre tributación de intereses con la UE, ha reembolsado 130 millones de francos de impuestos a Alemania» … «que Alemania regularmente logra con Suiza un balance comercial con ganancias» … «que empresas suizas invierten anualmente más de 50 mil millones de francos y aseguran allí 260 000 puestos de trabajo.» (entrevista con Micheline Calmy-Rey en Spiegel online)
Esas informaciones le son conocidas a Frank-Walter Steinmeier y naturalmente a su compañero de partido Peer Steinbrück. Si no están aún dispuestos a demostrar comprensión por la posición suiza, es de suponer que el encargo de EE.UU. y de GB todavía sigue vigente.

Hasta ahora una sola demanda de Alemania

Las implicaciones suenan aún más absurdas cuando se sabe – y es de suponer que los políticos también lo saben, de lo contrario no podrían ocupar sus puestos – qué acuerdos financieros ha convenido Suiza. La consejera Calmy-Rey los aclara:
«En los últimos años, Suiza ha intensificado su colaboración en la lucha contra la defraudación de impuestos. Tenemos, por ejemplo, un acuerdo de doble contribución de impuestos con Alemania, revisado en 2004, y desde entonces con un aumento considerable de ayuda oficial. Hasta ahora llegó una vez sola una demanda desde Berlin. Hace cinco años, firmamos un acuerdo sobre fraude con la UE, por el cual, en caso de fraude con el impuesto de plusvalía, se levanta el secreto bancario. Pero ese acuerdo aún no ha sido ratificado por todos los miembros de la UE, y por lo tanto no ha entrado en vigor.»
En círculos informados, se sabe que Suiza tiene una de las leyes más severas con respecto al blanqueo de dinero. El reproche que Suiza se enriquece con el dinero de los dictadores, es absurdo; es una imputación mal intencionada y analizándola objetivamente no puede sostenerse. Una vez más la consejera:
«Suiza también es ejemplar en la lucha contra el blanqueo de dinero y la devolución de dineros de potentados extranjeros. ¿Cuál país ha transferido, por ejemplo, 500 millones de dólares a Nigeria? Nosotros devolvimos los llamados millones Abacha. Otros no lo hicieron, siendo que es sabido que por lo menos sumas similares están depositadas.»

La protección de la esfera privada está arraigada en Suiza

Si bien Suiza no es miembro de la UE, y por lo tanto de ninguna manera está obligada a seguir sus normas, tiene un acuerdo con la UE sobre tributación de intereses – un acuerdo sobre fraude; Suiza además ha aceptado los acuerdos de Schengen y el acuerdo de doble contribución en relaciones bilaterales con los estados miembros de la UE. Si Suiza no fuera un contratante confiable, no hubiera firmado esos acuerdos, ya que aquí se trata del ámbito sensible de la lucha conjunta contra el delito.
También frente a OEDC Suiza dejó claro que acepta los standars. La consejera dice al respecto: «El gobierno suizo ha decidido de aceptar el artículo sobre ayuda oficial en el acuerdo modelo de OEDC. De esa manera cumplimos totalmente con los estándars internacionales relevantes y vamos a desempeñar esas obligaciones. Nosotros cumplimos con lo prometido. Las inculpaciones que oímos por parte de Alemania, no tienen nada que ver con falta de confianza.»

¿Por qué entonces esos fuertes ataques en contra de Suiza?

El argumento que se esgrime repetidamente de que el sistema fiscal de Suiza y el secreto bancario, que están estrechamente unidos, se han establecido con la intención de atraer dinero de inversores extranjeros es insostenible; es el resultado de la campaña actual y denota ignorancia de la historia suiza y del estado de derecho suizo. Calmy-Rey ha aclarado siempre este punto: «La protección de la esfera privada está profundamente arraigada en Suiza. Pero también tenemos una filosofía fiscal distinta. En Suiza no existe el descuento directo del salario, los contribuyentes hacen su propia declaración de impuestos. Si alguien se olvida de algo, tampoco es un caso para un juez penal. Va a ser sancionado pero por ello no tiene que ir en prisión. Esta es la diferencia entre engaño y estafa fiscal.»
Entre el estado alemán de control y el de democracia directa en Suiza hay mundos de distancia. La relación entre los ciudadanos y las instituciones estatales está caracterizado por una gran confianza. Esto es algo totalmente extraño en la política alemana. En lugar de apalear a Suiza con el mazo de la ignoracia, sería conveniente para los políticos alemanes entender mejor ese clima especial de Suiza. En lugar de eso siguen siendo los peones de la política norteamericana y británica.
* * *
El comportamiento de Alemania frente a Suiza y la campaña masiva que realiza en contra de ese país, es un ejemplo de una nueva forma de hacer la guerra. Franz Müntefering lo dijo claramente: «Antes, en esos casos se mandaban soldados, hoy ya no es posible.» Lo que no quiere decir que se respeten las leyes y el estado de derecho de otros países. Seguro que no. Pero los métodos para imponer la voluntad a un país pequeño han cambiado. Micheline Calmy-Rey ha tomado una posición clara frente a la política alemana y ha demostrado dignidad. Si los gobiernos, como lo demostraron hacia afuera en la cumbre G 20, quieren superar conjuntamente la crisis económica por caminos realmente nuevos y más justos para la humanidad, tendrían que haber llegado a otros resultados que el fortalecer el FMI y anunciar que la impresora de billetes seguirá funcionando. Aquí surge la pregunta: ¿Cómo se va a superar la crisis financiera global con papel impreso? El sistema neoliberal de las naciones industriales en alto grado perjudicadas, no va a variar por medio de esas medidas, pero ayudará a cementar el rol dominante de los grandes institutos financieros. Países como Austria, Luxemburgo o Suiza, que a raíz de su sistema financiero tienen una cierta independencia, deben ser obligados a cambiar de rumbo por medio de listas arbitrarias y (por ahora), con ataques verbales.
La UE aspira por todos los medios al tráfico libre del capital exigido por EE.UU. y GB, es decir dejar circular libremente el dinero por todo el globo. Ahora existe esa libertad, y a su lado están los reponsables amenazantes, porque esa libertad no sólo beneficia a los grandes institutos financieros, sino que otros también pueden servirse de ella. Por eso, todos los estados deben ser obligados a renunciar a la soberanía sobre su sistema financiero y fiscal.
El deber de los países industriales ricos tendría que ser cortar el mal por sus raíces, y regular nuevamente los flujos financieros, de manera tal, que beneficie a los pueblos y pueda transformarse en un comercio mundial más justo y más socia, para el bien de toda la humanidad.     •

EE.UU. y Gran Bretaña son los que deberían encabezar la lista negra

thk. El profesor australiano y experto en impuestos, Jason Sharman, con 20 000 dó­lares y una conexión de internet, hizo una prueba durante dos años para constatar en qué medida es fácil o difícil crear empresas virtuales o abrir cuentas secretas. Los resultados de ese estudio son impresionantes. No es Suiza – difamada por EE.UU. y GB como el oasis fiscal – sino diversos estados en EE.UU. los que están dispuestos a ofrecer sus servicios.
Sharman se conectó con 54 Corporate Service Providers (CSP) en 22 países. 45 estaban dispuestos a fundar una empresa virtual, de las cuales 17 sólo exigían una tarjeta de crédito y una dirección postal. Sólo 4 de esas empresas están en los llamados oasis fiscales, las 13 restantes en países OEDC – justamente los iniciadores de las listas negras. En Inglaterra son siete empresas, cuatro en EE.UU., una en España y una en Canadá. Suiza no pudo incluirse en el estudio porque le exigió a Sharman una exacta identificación.
El abrir cuentas anónimas fue mucho más difícil y sólo en 5 casos fue exitosa: una en Nevada y en Wyoming, es decir nuevamente en EE.UU., y dos en Inglaterra, de las cuales una en Liechtenstein y otra en Somalia.
Cinco casos parecen pocos, pero para cada uno de ellos no fueron necesarios grandes esfuerzos. Sharman es de la opinión que, quien realmente se esfuerze o tenga verdaderas intenciones criminales, tendría más éxito.
Según el «Economist», para extranjeros que quieran depositar dinero EE.UU. es especialmente interesante, porque el estado no grava con impuestos a los intereses.

Fuente: www.tagesanzeiger.ch del 1/4/09