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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2009  >  N°37, 28 septembre 2009  >  El mundo feliz de la UE: En Letonia se cierran hospitales y escuelas [Imprimer]

El mundo feliz de la UE: En Letonia se cierran hospitales y escuelas

por Dieter Sprock

A raíz de los ataques contra Suiza – esta vez escenificados alrededor del secreto bancario y cuestiones fiscales – la discusión sobre un ingreso a la UE ha tomado nuevo impulso. También en el Bundeshaus, algunos parlamentarios han pensado en voz alta sobre la incorporación de Suiza, argumentando que los ataques a ésta disminuirían si Suiza fuera miembro de la UE. Lo que olvidan, es que esos ataques justamente tienen como finalidad acorralar a Suiza para que ingrese en la UE, ya que «el hermano mayor» en Bruselas, no quiere seguir tolerando el único país independiente en Europa que está en mejor situación económica que sus vasallos. Olvidan además la situación en la que se encuentran los otros pequeños países que se sometideron a la central en Bruselas. Un ejemplo es Letonia, país que hasta comienzos del año pasado era considerado como ejemplar para demostrar las ventajas de ser miembro de la UE.

Después del ingreso de Letonia a la UE hace cinco años, inversores extranjeros vieron la posibilidad de nuevos mercados e invirtieron dinero en el país, sobre todo en la rama inmobiliaria y de la construcción. La abundancia de dinero impulsó el consumo y produjo una suba de salarios y de precios. Sobre todo bancos escandinavos aprovecharon la nueva solvencia, y ofrecieron créditos a muy bajos intereses. Muchos letuanos se decidieron a comprar viviendas a crédito. Los campesinos, con créditos accesibles, invirtieron millones en construcciones y en la más moderna tecnología para sus granjas. El fácil acceso a los créditos bancarios trajo consigo especulaciones en la rama inmobiliaria, enormes ganancias para inversores extranjeros y del país y un aumento de los precios de la vivienda.
Con la crisis financiera, mucha gente no pudo seguir pagando los créditos. Los precios de los inmuebles bajaron más de la mitad, y el banco más grande de Letonia, el Parexbank, se estatificó para salvarlo de la ruina. Esto a su vez, aumentó las deudas del estado de manera tal, que una quiebra se pudo evitar sólo con un crédito de «rescate» del Fondo Monetario Internacional. Hoy Letonia está al borde de la ruina.

El sector público de Letonia bajo la administración del FMI y la UE

El crédito de 7,5 mil millones de euros, una tercera parte del producto interno bruto, iba ligado a la condición de que el déficit del estado en Letonia no sobrepasara el límite del 5 por ciento. Cuando el gobierno de Riga no lo logró, el FMI canceló el pago de una parte del crédito, 200 millones. «Frente a un descenso de un 18%, del rendimiento económico en el primer trimestre – incluso de un 19,6% en el segundo de 2009 – y la correspondiente baja de recaudaciones de impuestos, FMI y UE han aumentado el margen de déficit permitido al 8%, pero por otro lado el sector público prácticamente quedó bajo su administración», comenta el «Tageszeitung» en la sección extranjera del 14 de agosto. El gobierno no puede tomar más decisiones relacionadas con el presupuesto de estado sin consultar y obtener la aprobación del FMI. Para poder cumplir con las condiciones, se cierran escuelas y hospitales y mil maestros y colaboradores en el sector de la salud fueron despedidos. 32 del total de 56 hospitales deberán cerrarse. Antes de fin de mes, los 570 empleados del hospital más grande de Riga, Rgas Pirma Slimnca, recibirán la notificación del despido, ya que a fin de año se cierra el hospital.
A causa de los cortes de presupuesto, conjuntamente con salarios reducidos a la mitad y un aumento rápido de la desocupación, muchas personas ya no pueden comprarse medicamentos. Muchos pacientes internados abandonan el hospital antes de tiempo y contra el consejo de los médicos, porque no pueden pagar los gastos extras de internación. Ese gasto adicional que debe pagar el paciente es de 18 euros diarios, pero se aumentará a 50 euros. «Desde julio no se hacen más operaciones de corazón o vasculares, si no son casos de agudo peligro. Lo mismo sucede con las operaciones de rodilla y cadera, excepto cuando el paciente puede pagar 10 000 euros por cuenta propia.» Cada hospital recibe autorización del estado para un cierto número de operaciones por mes. Cuando ese número está cubierto no se opera más. Un proveedor de medicamentos amenazó con no entregar más medicamentos porque las deudas entre tanto habían ascendido a 6 millones de euros. Y cada mes, según información de la revista médica Latvijas rsts, entre 20 y 30 médicos abandonan el país. En Europa son recibidos con los brazos abiertos. La redactora jefa de la revista advierte que tanto la competencia médica como el futuro del sistema de salud en Letonia están en grave peligro.
Gunta Ana de la central de la organización de pacientes Sustento de Letonia afirma: «A Europa Letonia no le interesa mucho. Nos dejan solos y ni siquiera podemos ya decidir por nosotros mismos. Le escribimos a la UE describiendo nuestra situación desesperada, pero recibimos sólo respuestas vagas».
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Suiza hace bien en conservar su independencia y no someterse fácilmente a las imposiciones de Bruselas. Aún cuando haya que ajustarse el cinturón – y eso va a ocurrir – es mejor cuando uno mismo puede decidir sobre las cuestiones propias.