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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°6, 11 fevrier 2008  >  Conflicto abierto en la OTAN a causa de las operaciones bélicas en Afganistán [Imprimer]

Conflicto abierto en la OTAN a causa de las operaciones bélicas en Afganistán

Ahora puede actuar Alemania para que se ponga fin a las matanzas

por Karl Müller, Alemania

Pocos días antes de un encuentro informal de los ministros de defensa de los estados de la OTAN en Vilnius (Lituania) el 7 y 8 de febrero (en el que el tema Afganistán estará en primera plana), una semana antes de la Conferencia de Seguridad en Munich del 8 al 10 de febrero (en la que los gobiernos de los países miembros de la OTAN se posicionarán públicamente para el año próximo) y pocas semanas antes de la próxima reunión cumbre de la OTAN en Bucarest, ha salido a la luz el conflicto sobre la guerra de EE.UU. y la OTAN en Afganistán.
El gobierno de EE.UU. quiere forzar que la guerra, que ya está perdida desde hace largo tiempo, se prolongue inútilmente; forzar que cada vez más países sean arrastrados en la moca de la guerra; forzar que todavía más seres humanos sean sacrificados al delirio de la guerra.
Todos aquellos que aspiran a negociaciones y soluciones pacíficas, serán nuevamente tratados bruscamente. Como hace dos semanas, cuando el representante de la ONU para Afganistán, el alemán Tom Koenigs, fue destituído por presión del gobierno de EE.UU., por haber abogado por una solución a través de negociaciones.
El «Süddeutsche Zeitung» informó en su edición del 1 de febrero, que el ministro de defensa norteamericano, Robert Gates, en una carta con un «tono cortante e inusitado», exigió al ministro de defensa alemán, Franz-Josef Jung (CDU) que ponga a disposición tropas alemanas de combate para el sur de Afganistán. En primer lugar, éstas deberán reemplazar, en el otoño, a 3200 soldados norteamericanos adicionales – 2200 para el sur de Afganistán – que serán enviados próximamente por el término de seis meses. Gates amenazó con una división de la OTAN, si los pocos países miembros que intervienen en la guerra sucia en el sur de Afganistán, sobre todo Alemania, se niegan a luchar en el sur del país. Por eso, Gates exigió un nuevo mandato del parlamento para una intervención militar alemana en el sur.
Según el informe del «Süddeutsche ­Zeitung», la carta de Gates fue inesperada en el ministerio de defensa: «Una exigencia tan directa y cortante se considera fuera de lo normal.» Según se informa en otros medios, en el ministerio de defensa alemán esa carta del ministerio de defensa norteamericano es considerada una «impudencia».
Con esa carta, la presión del gobierno americano para una mayor participación alemana en la guerra, llegó a un punto culminante. Anteriormente a la carta del ministerio de defensa,
•    Alemania había sido interpelada por segunda vez por la central de la OTAN en Bruselas, para que apreste un grupo de combate de 250 soldados destinados al norte de Afganistán,
•    el gobierno de Canadá había amenazado con retirar sus 2500 soldados del sur del país, si no van a la guerra por lo menos otros 1000 soldados de otros estados de la OTAN – en primera línea ésto iba dirigido hacia Alemania.
Hace ya tiempo que la cumbre de la OTAN, controlada por EE.UU., está exigiendo el envío de 7500 soldados más para Afganistán. Dentro del marco de la Isaf («International Security and Assistance Forces») conducida por la OTAN, en este momento están estacionados 43 000 soldados de la OTAN – 6000 más que hace dos años – y 26 000 soldados norteamericanos dentro del marco de la OEF («Operation Enduring Freedom»).
El año 2007 fue para Afganistán el más sangriento desde el comienzo de la guerra en 2001 / 2002. Ya una vez, en ­septiembre de 2006, se había llegado hasta un nivel máximo de más de 300 acciones de guerra. En julio de 2007, se alcanzó el punto culminante de los bombardeos mensuales de la aviación norteamericana, con más de 800 acciones de guerra, es decir un promedio de 30 por día.
Algunas organizaciones humanitarias, por ejemplo Oxfam en Gran Bretaña, hablan de la inminencia de una catástrofe humana, si occidente no cambia radicalmente la estrategia seguida hasta ahora. Ésto incluso encubre los hechos. La realidad es, que Afganistán desde el comienzo de la guerra, está sufriendo una catástrofe humana, de la cual la amplia opinión pública en occidente desgraciadamente poco se entera, si es que se entera de algo. Al contrario, nuestros propagandistas de los media, no han dejado aún de hacer sonar sus tambores de guerra para desviar la atención de la situación real en el país.
La política alemana debe definirse claramente. Debería acabarse de una vez con el palabrerío de las últimas semanas y meses sobre el insuficiente equipamiento de las tropas, para una participación en la lucha. Él que quiere terminar con la guerra no puede especular sobre su escalación. Quién, según informaciones, incluso piensa en voz alta que se pueden enviar 1000 soldados de tropas de montaña alemanes, por estar «especialmente entrenados para la lucha cuerpo a cuerpo» (cita sin dar nombre del Deutscher ­Depeschendienst Berlin del 1 de febrero) pone de manifiesto no sólo bajeza de espíritu sino que simplemente debería callarse.
En una situación en la que es inminente un decisivo cambio de dirección, todos los políticos alemanes harían bien en respetar lo que el soberano, el pueblo alemán, quiere: ninguna intervención bélica en Afganistán.
Sr. Jung, los soldados alemanes recibirán más apoyo de la población sólo cuando todos regresen a sus hogares y sólo hagan lo que – con buenos motivos – está previsto por la constitución!
El portavoz de política de defensa de la fracción de la SPD en el parlamento, ­Rainer Arnold, ha comenzado a entender: en un interviú en Deutschlandfunk, en la mañana del 1 de febrero, al rechazar las exigencias de EE.UU., se refirió a la falta de aceptación, por parte del pueblo alemán, de una intervención bélica en el sur de Afganistán. Por eso, en el parlamento no habrá mayoría para una intervención bélica alemana en el sur del país. Al mediodía, el ministro de defensa alemán Jung y el ministro del exterior alemán Steinmeier (SPD) rechazaron la exigencia de EE.UU.. Se ha dado a conocer, que opiniones provenientes de todos los partidos políticos, no aceptan las exigencias del gobierno norteamericano y se remiten finalmente a la voluntad de la población.
Nosotros los ciudadanos del país, tenemos que ocuparnos de que se cierren todas las puertas escapatorias. El partido de la guerra conoce la fuerte resistencia interna de los alemanes. Por eso Alemania está sometida a una propaganda de guerra especialmente pérfida. No nos dejemos envolver por ninguna táctica, por ninguna mentira. De ninguna manera apaciguamientos y encubrimientos. Se trata de parar la guerra de inmediato! La matanza debe terminar. Las posibilidades nunca fueron tan favorables.    •

«El parlamento no debería y no se dejará coaccionar por una administración norteamericana a punto de derrumbarse.»

El portavoz de la política de ­defensa de la fracción Bündnis 90 / Los ­Verdes en el parlamento alemán, ­Winfried Nachtwei, en el «Frankfurter ­Rundschau» del 2 de febrero

«Al mismo tiempo, un estudio del servicio científico del congreso norteamericano advierte, que un fracaso en la guerra de Afganistán pondría en juego no sólo ‹la unidad de la OTAN› sino además ‹la capacidad de Washington de determinar el futuro de la alianza›.
Con ésto, al mismo tiempo, se pone en duda la posición dirigente de EE.UU.»

«junge Welt» del 2 de febrero

«Cuando se produce una grieta, cuando los ciudadanos no nos siguen, entonces podemos apagar e irnos.»

Jefe del grupo, regional de la CSU en el Parlamento Alemán, Peter Ramsauer, en el «Neue Osnabrücker Zeitung» del 2 de febrero