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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2009  >  N° 9, 16 mars 2009  >  Mantener el secreto bancario – adaptar el derecho penal tributario – no salvar la UBS necesariamente [Imprimer]

Mantener el secreto bancario – adaptar el derecho penal tributario – no salvar la UBS necesariamente

Sobre posibles soluciones, las gallinas y las maneras de refutar

me. Durante una crisis financiera todos necesitan dinero. Los estados de la UE y EE.UU. han inyectado enormes sumas en «planes de socorro» para bancos y empresas imposibles de salvar. La terapia comenzó antes de que el diagnóstico fuera claro. Se han quemado todos los cartuchos y el efecto ha sido mínimo. Muchos estados de la UE están tan endeudados que los amenaza una bancarrota.
Tal vez, esa fue la intención de los que juegan un rol decisivo en presionar a los estados, para que éstos pongan en movimiento un plan de socorro trás otro: Cuando los estados de la UE queden aplastados por las deudas y se encuentren al borde de la bancarrota, entonces aceptarán más fácilmente un nuevo orden mundial. Pero aún no hemos llegado tan lejos. No nos anticipemos.
Por ahora, todos quieren sólo una cosa: dinero, mucho dinero, para compensar el error de esos planes de socorro. Con una guerra no declarada abiertamente, los agresores quieren hacer saltar la «caja fuerte suiza». Así y todo, allí está depositada una tercera parte de las fortunas privadas mundiales.
La UE y EE.UU. actúan en forma concertada pero repartiéndose sus funciones. La UE quiere un acceso directo a la información bancaria; los norteamericanos quieren, por medio de chantaje y arbitrariedad, el directo acceso al dinero. Ya es tiempo de abandonar las ilusiones con respecto a Obama, quien no se distingue de Bush ni siquiera por su retórica.
En abril tendrá lugar la segunda cumbre de los G-20, esta vez en Londres, en el segundo centro nervioso del deteriorado sistema financiero anglosajón. Previamente, cada país trata de salvar sus respectivos oasis fiscales. La mayor parte la tienen los británicos por medio de su Commonwealth: la isla de Man, Guernesey, Jersey, Gibraltar, islas Vírgenes, Antillas, Bermudas, islas Caimanes y Marshall, etc. Los franceses disponen de Mónaco y los norteamericanos blanquean su dinero en las islas de piratas del Caribe, así como en Florida y Delaware.
La batida contra Suiza y las declaraciones de guerra de París y Berlín, hacen pensar en los malhechores que gritan «¡Detened al la­drón!» para desviar la atención.

No desestimar a Suiza

Hasta ahora, Suiza le ha facilitado la acción a los agresores por muchos motivos. Ya fue extorsionada a fines de los años 90, dentro del marco de discusiones relacionadas con la segunda guerra mundial, y ésto atrae a los reincidentes profesionales.
Además, con su gobierno de siete consejeros federales y su sistema de varios partidos, necesita más tiempo para reaccionar a los ataques.
Suiza tampoco pertenece a la UE, aunque ésta querría adherirla desde hace tiempo. Por eso la UE ha comprado varios nidos de colaboradores – y no sólo dentro de los medios y la política. A pesar de esta guerra en dos frentes, Suiza no debe dejarse aislar, como lo advierte el banquero Konrad Hummler.
La UBS admitió de haber violado obscenamente leyes en EE.UU., y ahora patalea prendida al anzuelo de las autoridades norteamericanas. Falta elucidar quién la empujó a esa imprudencia criminal, y por qué razón se tragó ese anzuelo. ¿Qué papel jugó Marcel O.? Y por qué él ha protegido ciegamente la sede norteamericana sin escrúpulos de la tan sólida UBS? ¿Qué tiene en común con Bill Clinton? ¿Cui bono?
Suiza tiene una ventaja: Después de las discusiones desleales con el Congreso judío mundial a fines de 1990, ha adquirido una buena porción de experiencia en la guerra mediática. Esta experiencia está ampliamente expandida y será utilizada.
Un ejemplo es el libro recientemente publicado: «Mon banquier a dit … qui veut détruire la banque suisse?» el cual cuenta con contribuciones de especialistas eminentes del mundo bancario y económico.

Estrategia ofensiva

Una estrategia ofensiva podría ser: «Conservar el secreto bancario como componente de la libertad, adaptar el derecho fiscal penal y suprimir la diferencia entre elusión fiscal y fraude, aparentemente tan difícil de entender en el extranjero.» En cambio, se podría ofrecer el impuesto anticipado a todos los estados, naturalmente con reciprocidad.
Finalmente, aún no se ha aclarado realmente, porqué la UBS es tan indispensable para la economía suiza. El repetir este dogma no es correcto. Lo esencial no se dice. Las PME suizas, desde hace tiempo son clientes de los bancos Raiffeisen, Migros y los bancos cantonales. En Suiza la vida podría continuar sin la UBS.

Los triunfos de Suiza

La estrategia ofensiva debe estar provista de fantasía. La política temerosa debe cesar. Hay que buscar el talón de Aquiles del adversario, quien debe temer o sentir la maza.
Oswald Grübel tomó la iniciativa: Amenazó a Obama con el retiro de la UBS de EE.UU., lo que significaría 35 000 desocupados más, costosos para el estado. La ex embajadora norteamericana en Suiza, Faith Whittlesey, pone las cosas en su lugar; considera a Suiza como un estado de derecho digno de confianza, e incluso, hizo mención que las empresas suizas en EE.UU. dan trabajo a 500 000 norteamericanos. Ésto puede cambiar. Causaría sensación si el embajador Borer, o personas privadas, aclararan ésto al presidente Obama por medio de una campaña de anuncios en los medios más importantes de EE.UU.
Entonces, habría que examinar las demandas contra los responsables de la crisis financiera. Los bancos norteamericanos han transformado hipotecas sin valor en «instrumentos financieros»; las agencias de tasación ennoblecieron esa chatarra con una «estampilla triple A» y esos «títulos» sin valor se vendieron a cajas de jubilaciones en Europa y Asia. Ésto sería calificado por el derecho penal como estafa. Esos bancos de EE.UU. y sus cómplices – las instancias estatales de control – provocaron la crisis financiera y con ello daños y perjuicios inconmensurables, además de sufrimientos a la humanidad difíciles de evaluar. Ellos deben rendir cuentas y pagar indemnizaciones.
Suiza, además, debe repatriar el oro de la Banca nacional que está depositado de EE.UU. El momento de hacerlo apremia. Además, se podrían cerrar las representaciones diplomáticas que ella mantiene en Cuba e Irán en nombre de EE.UU. Y en las antenas del sistema Satos del SND de escucha y transmisión de Wallis (Leuk), súbitamente podrían ser necesarios trabajos urgentes de mantenimiento. Es sabido que los designios de Dios y de la técnica son insondables.
Además se podrían cometer indiscreciones sobre cuentas privadas en Suiza (no sólo sobre la del ministro alemán de economía Peer Steinbrück, quien fue visto en la Bahnhofstrasse en Zurich). Finalmente, Suiza podría ser pionera en contribuir a secar otros oasis fiscales. Por ejemplo, podría establecer una institución destinada a ayudar a otros países para el cierre de paraísos fiscales. Esa institución podría obtener el estatus de derecho internacional como CERN o CICR y gozar de inmunidad. Pronto reinaría un silencio engorroso en Londres, París y Nueva York, ya que allí, no necesariamente querían ser tan rigorosos con los oasis fiscales.

Los estados pequeños superan las crisis más fácilmente

El que tiene una visión de futuro se da cuenta que el tiempo trabaja para nosotros. Con o sin G20, la crisis se extiende inexorablemente. ¿No está condenada a fracasar la cumbre de los G20 en Londres? Un estado pequeño con democracia directa y dotado de un sistema de milicias, puede movilizar más fuerzas durante la crisis financiera, se puede adaptar mejor, imponerse durante más tiempo, y resolver tensiones sociales de manera más justa y solidaria que las estructuras centralizadas como la UE y los EE.UU.
El aprovisionamiento económico del país también debe reafirmarse como medida de prevención. Vamos a estar nuevamente agradecidos de tener productos alimenticios propios.
Agudicemos nuestros pensamientos para soluciones futuras y medidas ofensivas leales e imaginativas. ¡Coraje!    •