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Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°43, 27 octobre 2008  >  Se necesita un paquete de salvación para la lucha contra el hambre en el mundo [Imprimer]

Se necesita un paquete de salvación para la lucha contra el hambre en el mundo

Sobre el Día mundial de la alimentación 16 de octubre de 2008

por Dr. Eva-Maria Föllmer-Müller

Con motivo del día mundial de la alimentación el 16 de octubre,* la Welthungerhilfe alemana y el Instituto de Investigación para política alimentaria (IFPRI) presentaron en Berlín el Índice del hambre en el mundo (WHI 2008). Las cifras de este año son inquietantes: en 33 países del mundo se sufre hambruna, en algunos de gravedad. Los países más atacados son la República Democrática del Congo, Eritrea, Burundi, Nigeria y Sierra Leone. De todas las regiones del mundo, el sur del Sahara en África es el más afectado, seguido por el sur de Asia. Según la FAO (Organización de la ONU para la agricultura y la alimentación), el número de personas que sufren hambre en el mundo, ha aumentado de 854 a 923 millones.
La presidenta de la junta directiva de la Welthungerhilfe, Ingeborg Schäuble declaró al respecto: «Casi mil millones padeciendo hambre es una vergüenza para la humanidad. Contrariamente a los bancos, ellos no son responsables de su miseria. La reorientación general sobre el papel del estado y de la comunidad internacional que se produjo a raíz de la crisis financiera, debe también extenderse a la crisis del hambre. El mundo necesita un paquete de salvación para la lucha contra el hambre; por eso exigimos un aumento de los fondos para el impulso de la agricultura en los países en desarrollo de por lo menos 10 mil millones de euros anuales, así como fijar condiciones más justas para el comercio.» «Si la crisis del hambre fuera tomada tan en serio como la crisis financiera, ya tendríamos desde hace mucho tiempo una solución. Además, se trata de una crisis mucho más grave que la financiera porque pone en peligro la vida de millones de personas.» «Cada vez más personas pueden permitirse sólo una comida al día. Los que resultan más amenazados son los niños, los ancianos y los más débiles.»
Desde hace meses se habla y se escribe mucho sobre el problema de la suba rasante de precios de los productos alimentarios, y su consecuencias para el hambre en el mundo. Pero hasta ahora no ha habido muchos cambios positivos. Al contrario: según el nuevo estudio «Double Edged Prices» publicado el 16 de octubre por la organización humanitaria Oxfam, en el término de 14 meses, por ejemplo, «el precio del arroz subió un 66% en Bangladesh; el del trigo un 100% en Senegal, en Somalia incluso un 300%. Los beneficiados con esta suba de precios no son los pequeños productores de los países afectados, sino los consorcios internacionales de productos alimentarios y las cadenas de supermercados.» «Uno pensaría que millones de campesinos en los países pobres tendrían que beneficiarse con la suba de precios de los alimentos» dice Marita Wiggerthale, experta en comercio de Oxfam Alemania, «pero no es así».
Las reacciones frente a la crisis financiera mundial demuestran que los gobiernos pueden tomar medidas a muy corto plazo pero ¿qué ocurre cuando se trata de poner a disposición lo indispensable para que sobrevivan los pobres y los que padecen hambre en el mundo? Marita Wiggerthale critica con razón al decir: «Mientras que para la crisis financiera se pusieron a disposición miles de millones, parece que se olvida la crisis alimentaria mundial.»
Ya fue alarmante el hecho de que, hace unas semanas, a los que padecen hambre en el mundo se les prometió una ayuda de 12,3 mil millones de dólares para aliviar sus necesidades más urgentes, pero hasta ahora se han pagado sólo mil millones.
Pero el dumping agrario y la apertura de mercado se siguen practicando. Según Wiggerthale: «Los estados miembros de la UE presionan a los países pobres del grupo África, Caribe y Pacífico (ACP) para que abran sus mercados para productos, inversiones y servicios provenientes de Alemania y de la UE.» El cierre del tratado de libre comercio, pone en peligro la seguridad alimentaria de esos países.
Oxfam exige el apoyo de la producción persistente de productos alimentarios, así como especiales subsidios para los pequeños campesinos, políticas de comercio justas, y un sistema de seguridad social para los que viven en la pobreza.
El director de la FAO Jacques Diouf insistió en que los gobiernos de los países donantes no reduzcan la ayuda para el desarrollo como reacción a la crisis financiera.
El Papa Benedicto XVI dijo en su claro mensaje al director general de la FAO Jacques Diouf (ver el texto de arriba), que en el mundo existen suficientes reservas y fondos para alimentar a todos. Exigió una colaboración internacional para que, frente a las catástrofes naturales y las crisis financieras, se le dé prioridad a la dignidad humana. Sobre todo habría que eliminar las causas que impiden el justo desarrollo de las personas.
El Departamento suizo para medio ambiente, energía y comunicación (UVEK) recalca la importancia de la conciencia individual cuando se trata de combatir el hambre y la pobreza; se necesita además el compromiso político de una Suiza solidaria que pone su riqueza al servicio de un mundo más justo.
La organización humanitaria evangélica Pain pour le prochain manifestó con respecto a la crisis alimentaria actual: «Este año parece que la opinión pública, en el período entre la fiesta de la cosecha y el día mundial de la alimentación, se interesa más por la supervivencia del sistema bancario que por el hambre en el mundo. En los medios, incluso banqueros de los más encarnizados exigen más control por parte del estado, reglamentos internacionales y mecanismos de protección. Esto sería también necesario en el sector de los productos alimentarios, considerando que la especulación ha sido un factor considerable en los enormes picos de precios.»
Es indignante y escandaloso que la República Democrática del Congo sea uno de los países que más sufre hambrunas teniendo en cuenta sus posibilidades para la agricultura: dada la cantidad de suelo fértil de la que dispone, ese país estaría en condiciones de producir alimentos suficientes para toda la población de África y también de Europa (ver Horizons et débats No. 27 del 7 de julio de 2008). Ésto sería posible si la avaricia de las naciones industrializadas por las materias primas no impidiera un desarrollo normal. No es un fenómeno natural que las personas tengan que sufrir hambrunas. El hambre es provocado y puede también ser eliminado si se tiene voluntad política.    •

*    En 1979 se decretó el 16 de octubre como el Día universal de la alimentación. En esa misma fecha, en el año 1946, se fundó la Organización para alimentación y agricultura FAO (Food and Agricultural Organization), una organización especial de la ONU cuya función es asegurar la alimentación en el mundo.