El mundo feliz de la UE: En Letonia se cierran hospitales y escuelaspor Dieter SprockA raíz de los ataques contra Suiza – esta vez escenificados alrededor del secreto bancario y cuestiones fiscales – la discusión sobre un ingreso a la UE ha tomado nuevo impulso. También en el Bundeshaus, algunos parlamentarios han pensado en voz alta sobre la incorporación de Suiza, argumentando que los ataques a ésta disminuirían si Suiza fuera miembro de la UE. Lo que olvidan, es que esos ataques justamente tienen como finalidad acorralar a Suiza para que ingrese en la UE, ya que «el hermano mayor» en Bruselas, no quiere seguir tolerando el único país independiente en Europa que está en mejor situación económica que sus vasallos. Olvidan además la situación en la que se encuentran los otros pequeños países que se sometideron a la central en Bruselas. Un ejemplo es Letonia, país que hasta comienzos del año pasado era considerado como ejemplar para demostrar las ventajas de ser miembro de la UE. Después del ingreso de Letonia a la UE hace cinco años, inversores extranjeros vieron la posibilidad de nuevos mercados e invirtieron dinero en el país, sobre todo en la rama inmobiliaria y de la construcción. La abundancia de dinero impulsó el consumo y produjo una suba de salarios y de precios. Sobre todo bancos escandinavos aprovecharon la nueva solvencia, y ofrecieron créditos a muy bajos intereses. Muchos letuanos se decidieron a comprar viviendas a crédito. Los campesinos, con créditos accesibles, invirtieron millones en construcciones y en la más moderna tecnología para sus granjas. El fácil acceso a los créditos bancarios trajo consigo especulaciones en la rama inmobiliaria, enormes ganancias para inversores extranjeros y del país y un aumento de los precios de la vivienda. El sector público de Letonia bajo la administración del FMI y la UEEl crédito de 7,5 mil millones de euros, una tercera parte del producto interno bruto, iba ligado a la condición de que el déficit del estado en Letonia no sobrepasara el límite del 5 por ciento. Cuando el gobierno de Riga no lo logró, el FMI canceló el pago de una parte del crédito, 200 millones. «Frente a un descenso de un 18%, del rendimiento económico en el primer trimestre – incluso de un 19,6% en el segundo de 2009 – y la correspondiente baja de recaudaciones de impuestos, FMI y UE han aumentado el margen de déficit permitido al 8%, pero por otro lado el sector público prácticamente quedó bajo su administración», comenta el «Tageszeitung» en la sección extranjera del 14 de agosto. El gobierno no puede tomar más decisiones relacionadas con el presupuesto de estado sin consultar y obtener la aprobación del FMI. Para poder cumplir con las condiciones, se cierran escuelas y hospitales y mil maestros y colaboradores en el sector de la salud fueron despedidos. 32 del total de 56 hospitales deberán cerrarse. Antes de fin de mes, los 570 empleados del hospital más grande de Riga, Rgas Pirma Slimnca, recibirán la notificación del despido, ya que a fin de año se cierra el hospital. |