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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°33, 18 août 2008  >  La OMC – instrumento de las transnacionales [Imprimer]

La OMC – instrumento de las transnacionales


por Reinhard Koradi, Dietlikon/Suiza

En una carta abierta por Juan Evo Morales Ayma*, presidente de la república de Bolivia, pone al descubierto la parcialidad de intereses representados por la Organización Mundial de Comercio durante las negociaciones fracasadas en la Ronda de Doha en Ginebra. Morales insta a los países industrializados a abstenerse en el futuro de sus reuniones exclusivas y aceptar a los países en desarrollo como aliados equivalentes. Al mismo tiempo muestra una perspectiva consecuente, exigiendo «que los países deben impulsar la producción nacional» para «dar prioridad al consumo de lo que producimos localmente».

OMC – una reliquia de la doctrina del libre comercio

En los últimos años los consorcios transnacionales han sabido valerse de la OMC para perseguir sus propios fines. Reglamentaciones nacionales y el control aduanero imposibilitaban un comercio sin limitaciones. Al mismo tiempo, la mayoría de esas reglamentaciones del comercio, licencias y mecanismos de control, se basaban en intereses y necesidades nacionales y eran en beneficio de la población de cada nación en particular. Entre éstos están incluidos: órden político y económico independiente (por ejemplo economía social de mercado), seguridad social, seguridad del abastecimiento básico (soberanía alimentaria, energía, educación, salud etc.) así como la defensa de la independencia política. La teoría económica moderna considera esa protección justificada de la propia población como una barrera para el comercio, y un impedimento para la competencia: por eso exige su anulación. Pero las decisiones políticas orientadas al mercado interior son el reflejo de los valores y de la voluntad política de la población, y por tanto deberían ser respetadas por todos los que operan en el mercado. Éstas no descartan tampoco un tráfico internacional de productos, de pagos y circulación de personas, pero este intercambio estaba regulado bilateralmente entre los estados soberanos. Diversas disposiciones de cada mercado interno en particular, ponen límites a los consorcios que operan a escala mundial, exigiéndoles una conducta diferenciada en los negocios. Los costos extras que de ésto resultan, llevan a una reducción de las ganancias, y, en el marco de una estrategia del máximo lucro, deben ser anulados: por eso exigen el desmontaje de todas las limitaciones para el comercio. Con la OMC se creó un instrumento que enlaza a los distintos estados en contratos internacionales, anulando su autonomía económica y comercial.
Como los mercados de la mayoría de los países occidentales industrializados muestran un alto grado de saturación (el potencial del mercado está en gran parte agotado) éstos intentan imponer sus exportaciones a los países menos desarrollados. Al mismo tiempo, la presión de la competencia – o mejor dicho de la estrategia del máximo lucro – obliga a un nuevo cuestionamiento del lugar de producción. Los altos costos (sueldos, protección del medio ambiente, seguridad de trabajo y de producción etc.) llevan a los consorcios a trasladar su producción a los países con bajos salarios. Esta nueva estrategia, puede dar un máximo de ganancia sólo en el marco de un orden económico global absolutamente liberal, ya que una exportación sin trabas de los productos – de los países de bajos salarios a los países industrializados – tiene que estar garantizada. Por lo tanto, los consorcios de orientación global tienen un enorme interés en anular todas las barreras al libre comercio, y se valen de la OMC para romper la resistencia de los estados nacionales frente a un orden económico global.

La política económica y de comercio global reprime la realidad

El balance de las consecuencias resultantes de la globalización será siempre controvertido. Un hecho es, que también con la globalización millones de seres humanos sufren la pobreza y el hambre. Incluso en las naciones industrializadas se registra una emergencia social en aumento, la desocupación sigue siendo muy alta, y la injusticia social se expande por el mundo. La escasez de reservas naturales y las amenazas del medio ambiente, son otros factores que nos recuerdan los límites de explotación de nuestro planeta. Tarde o temprano, tendremos que someternos a las condiciones naturales, y aceptar que no existe una unidad global. Geografía, clima y culturas dan al mundo una variedad que también debe reflejarse en formas diferentes de economía, comercio y políticas de abastecimiento. El presidente de Bolivia lo formula así: la Organización Mundial de Comercio «debería respetar los intereses de los países en desarrollo no limitando su capacidad de definición e implementación de políticas nacionales a nivel agrícola, industria y de servicios». Yo iría más lejos exigiendo de la OMC el respeto de los intereses de todas las naciones.

Suiza podría intermediar

Suiza estaría realmente predestinada a actuar como intermediaria. La cultura política, nuestros valores y la historia económica de Suiza podrían servir a la delegación suiza como pautas para las negociaciones. Las estructuras diversas de los ramos, una red con una buena mezcla de grandes, medianas y pequeñas empresas con una parte importante de compañías comerciales, constituyen la base para una economía robusta orientada al abastecimiento regional y de áreas limitada; una economía, que justamente por su fortaleza en el mercado interno, desarrolló la posibilidad de imponerse también en los mercados internacionales de exportación. Esta marcada solidez de la economía suiza – adaptándola a las necesidades nacionales – puede servir como modelo para otras economías.
La consejera federal Doris Leuthard lamenta el fracaso de las negociaciones de la OMC en Ginebra, y desea reactivar la ronda de Doha para intentar llevarla a cabo con éxito. Ésto lo va a lograr, cuando se libre de la doctrina del libre comercio y desarrolle alternativas de soluciones diferenciadas, adecuadas a las necesidades de los países.
En su carta abierta, Juan Evo Morales Ayma señala la dirección de las rondas de negociaciones en el futuro. ¿Porqué no retomar sus ideas y buscar soluciones que, al fin de cuentas, serían en beneficio de todos los pueblos?    •

*El texto completo se encuentra en
www.rebelion.org/noticia.php?id=70475&titular=a-prop%F3sito-de-la-ronda-de-negociaciones-de-la-omc-

Protección de las personas en vez del lucro

 

¡Aprovechemos las posibilidades de las fracasadas negociaciones de la OMC!

El fracaso de las negociaciones de la OMC en Ginebra no puede sino alegrarnos. Los representantes de EE.UU., en plena época de campaña electoral para la presidencia, tuvieron poca libertad de movimiento; el equilibrio lábil entre los beneficiados del norte y los muchos perdedores de los países del sur, llevaron, por suerte, al fracaso de las negociaciones.
Así todo, no podemos quedarnos tranquilos porque, como es sabido, la apertura de los mercados continúa realizándose a pasos agigantados por medio de contratos bilaterales.Ya es tiempo de discutir ampliamente sobre los mecanismos del libre comercio y sus consecuencias para la sociedad; de lograr transparencia e informar a la población sobre quienes son los que ganan con el libre comercio. Siempre llega a sorprenderme, el poco conocimiento que se tiene sobre la llamada «apertura» de los mercados y de los límites.
Las disputas son tan duras porque se trata de anular las barreras aduaneras; los países del norte deben pagar por ésto un precio alto y los países del sur aún más alto. Esta anulación de aduanas es el motor para el cambio de emplazamiento de las empresas. Las consecuencias negativas se notan, entre otros, en el sector del trabajo y financiero. Pero el efecto más importante, es la disolución de la cohesión social y económica en el país. Una vida social en armonía necesita una red social y económica que le dé sentido a nuestra vida en la comunidad. El libre comercio, con su traslados de empresas a otros países, destruye esa red cada vez más.
Esperemos que el fracaso de la actual Ronda de Doha sea un freno para este peligroso proceso, y permita un desarrollo económico adecuado a las necesidades de las personas. Dejemos de criticar los altos precios sin preguntarnos sobre su origen. A nadie le molestan los bajos precios, siendo que muchos condenan la esclavitud de los que trabajan en los invernaderos españoles. No se pueden esperar precios bajos y a la vez exigir formas de producción éticamente intachables. Las barreras aduaneras no son injustas; fueron creadas para proteger a la sociedad. No olvidemos que detrás de cada producto están hombres y mujeres, una vida, una cultura, un medio ambiente – con el proteccionismo cuidamos todo ésto. Nuestros representantes en la OMC no abren las fronteras, sino que las desregulan.
Si se hubiera informado correctamente y con anterioridad a la población, si se les hubiera aclarado sobre desregulación y liberación de barreras aduaneras al hablar de los mecanismos económicos, si se les hubiera dicho la verdad, no hubiéramos terminado en este desastre.
Tan importante como la renuncia de ­Samuel Schmid sería la renuncia de Doris Leuthard. La función del Consejo Federal no puede ponerse en manos de una persona que está decidida a liquidar la agricultura y todo el país, para satisfacer ciertos intereses económicos.

Willy Cretegny, Satigny

PD: Posteriormente al referéndum en contra de la política agraria 2011, se puso en marcha una iniciativa popular federal que tiene como objetivo una reforma del artículo constitucional referente a economía política. Esta iniciativa cuestiona el libre comercio y se lanzará en este otoño.

Comunicado de prensa de «La Vrille»
del 30 de julio de 2008