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18 juillet 2016
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Horizons et debats  >  archives  >  2008  >  N°44, 3 novembre 2008  >  Superar la crisis de manera justa y solidaria [Imprimer]

Superar la crisis de manera justa y solidaria

Sobre la actualidad de la película «Friedrich Traugott Wahlen y la batalla del cultivo»

por Amedea Raff*

Ante la crisis financiera mundial y los problemas de la política económica global, vuelve a plantearse la cuestión existencial del abastecimiento del país. Si bien las épocas históricas nunca se repiten exactamente, la situación actual en Suiza tiene ciertas similitudes con la vivida durante la segunda guerra mundial y los años que la precedieron. Estamos rodeados por una gran potencia que, en mayor o menor medida, interfiere en la política de guerra de otras grandes potencias. También hoy dependemos en gran parte de las importaciones. Se habla de una posible desocupación, de una reducción de los ingresos fiscales, y surgirá la cuestión de cómo lograr el mantenimiento de la vida pública y el abastecimiento alimentario.

En tiempos de inseguridad hace bien el mirar hacia el pasado para aprender. La película documental «Friedrich Traugott Wahlen y la ‹batalla del cultivo›» sobre el desarrollo y la puesta en práctica del Plan Wahlen, nos ofrece información sobre aquella época a través de numerosas imágenes fílmicas originales emotivas y testimonios de contemporáneos. Gracias a la «Asociación para la memoria del Consejero federal Prof. Dr. Friedrich Traugott Wahlen y el plan de cultivo» se han conservado tres películas que recuerdan a F. T. Wahlen; los interviús hechos con testigos de la época y las imágenes filmadas son un testimonio conmovedor para la posteridad.

… más que una seguridad alimentaria

La primera película ha logrado el objetivo fijado por el presidente de la asociación, Prof. Ernst Wüthrich, quien introdujo el tema: «Primeramente queremos contribuir a una mayor comprensión de la historia suiza. Aún no ha pasado mucho tiempo desde la segunda guerra mundial, cuando muchos padres de familia eran soldados que defendían las fronteras. Ellos no sabían si volverían vivos a sus hogares. Y las madres estaban solas en sus casas cuidando a los niños. Según me contó mi madre, ellas tampoco sabían si los esposos volverían. Tal vez tenéis un recuerdo similar, por un relato de los padres o de los abuelos. A la angustia de la guerra se le sumó la angustia de una hambruna. Pero las mujeres y los hombres suizos decidieron tomar el destino en sus manos. El plan de cultivo no consistió solamente en asegurar la alimentación. Significó una defensa espiritual del país, y llevó a una solidaridad general que no volvió a repetirse en esa dimensión.
Nuestro segundo objetivo fue documentar en una película el plan de cultivo, por haber sido un episodio notable de la historia suiza. Para ésto, hablamos con gente que había sido activa en ese plan, testigos de la época que aún viven, cuyos relatos están ahora preservados. Mucha gente capaz participó en el trabajo de cultivo. Pero fue necesaria una personalidad conductora que compaginara ese plan estratégicamente, y convenciera a los políticos y a toda la población de esa idea – en aquel momento considerada una locura.
De ahí nuestro tercer objetivo: caracterizar a Friedrich Tragott Wahlen, este suizo excepcional […] y manifestar sus ideas. Ellas contienen valores que son fundamentales en la vida, valores que en nuestro mundo rápido y ruidoso han perdido vigencia. Se trata de amor al prójimo, solidaridad con los débiles, responsabilidad propia, respeto por la naturaleza, […] Se sabe que una película documental no tiene como fin la diversión. En cambio nos mostrará la historia de nuestros padres y abuelos, una historia verdadera que nos incumbe a todos. Mientras filmábamos nos dimos cuenta que valía la pena escuchar lo que tienen que decir esas personas de edad madura.»
Al comienzo de la película el espectador es transportado a la situación en Suiza durante la segunda guerra mundial. Alrededor del país hay guerra, vemos tanques, armas, escombros y seres humanos angustiados – una niña que busca desesperadamente a sus padres. En medio, un pequeño país que depende en un 60% de las importaciones, es decir de la buena voluntad del exterior, y que está amenazado de una falta total de abastecimiento. En esa situación, el Consejo Federal le encarga a F. T. Wahlen que desarrolle un plan para asegurar la alimentación en todo el país.

Una personalidad excepcional

Pero ¿quién es ese hombre con cuyo nombre el plan de cultivo pasará a la historia? La documental pone de manifiesto la vida y la personalidad de Friedrich Traugott Wahlen. Nació el 10 de abril de 1899 en un pequeño pueblo en Emmental donde su padre era maestro. Wahlen escribió más tarde sobre su infancia: «A fines de siglo, la vida en el pueblito de Gmeis tenía aún las características descriptas por Gotthelf. Yo considero como un regalo el haber nacido en un lugar alejado del bullicio de la gente y del tráfico, donde el niño puede gozar de la belleza de la naturaleza y donde se le despierta la curiosidad por la vida de las plantas y los animales.»1
Por eso no llama la atención que desde temprana edad, el pequeño Fritz se sienta inclinado hacia la agricultura y quiera ser campesino. Primero visitó la Escuela agrícola Rütti cerca de Berna, después estudió ciencias agrarias finalizando con un doctorado a los 23 años. Siendo ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Técnica Suiza (ETH) dirigió durante cinco años una estación de experimentos agrarios en Canadá. Finalmente, en 1929, toma el cargo de director del Organismo suizo de experimentos agrarios Zurich-Oerlikon, y quince años más tarde es nombrado profesor de producción vegetal en la ETH Zurich. A partir de 1938, paralelamente a su trabajo, se puso a disposición de la Oficina suiza para alimentación en tiempos de guerra: Hasta el fin de ésta dirigió el desarrollo y la puesta en práctica del plan de cultivo. El trabajo profesional de Wahlen fue también beneficioso después de la guerra: en esa función y después como director general adjunto de la FAO (Food and agriculture Organization), pudo poner en práctica sus fundados conocimientos y su gran experiencia al servicio de la humanidad.

… sólo el compromiso con mi conciencia

También en su actuación política se pone de manifiesto la notable personalidad de Wah­len. Siendo aún jóven, fue elegido consejero de la cámara de representantes de Zurich – a pesar de ser proveniente de Berna – y después de la guerra, en 1958 – por elección popular – consejero federal. En su discurso de apertura formuló: «Señor Presidente, Señores consejales cantonales y nacionales. Les agradezco, y estoy muy conmovido, por el gran honor que me han hecho a mí, a mi comunidad y a mi cantón Berna. Con su elección me han manifestado una confianza que considero como el más alto y difícil deber en mi vida. Solo no podría asumir esa responsabilidad, pero cuento con la ayuda de Dios, que siempre ha velado sobre nuestro país. Me siento también fortalecido por el hecho de entrar al consejo federal sin otras obligaciones que el compromiso con mi conciencia, el bienestar del pueblo suizo y los valores de la civilización occidental. Con ésto, Señor Presidente, acepto la elección.»
Con el mismo sentido ético con el que Wahlen inició sus actividades como consejal, desarrolló antes y durante la segunda guerra el plan de cultivo y logró ganar para su plan a la población del país y al Consejo federal. De este modo, se preparó el terreno para que en Suiza se realizara «el proyecto de agricultura más grande de todos los tiempos», el cual sólo fue posible con la contribución voluntaria de todo el país. En un discurso decisivo el 15 de noviembre de 1940 en Zurich, Wahlen convenció al pueblo de su idea. El momento era adecuado para hacer público su plan: «Francia había sido derrotada, y Suiza estaba rodeada y amenazada por un partido único. Allí comenzaron muchas mujeres y hombres suizos a preocuparse por el peligro de una hambruna. El discurso despertó gran interés en la opinión pública. Se tomó conciencia de la gravedad de la situación y de la necesidad de una iniciativa fuera de lo común.»

El deseo de mantener la independencia y la libertad

Alfred A. Häsler, editor del libro sobre F. T. Wahlen titulado «Comprometido con la conciencia», escribe en el prólogo de su alocución: «De ese discurso, resultante de tantas investigaciones estadísticas y científicas, saltó la chispa a los oyentes – al principio escépticos – y después a toda la población. Puso en movimiento una especie de ola que arrasó consigo incluso al aún vacilante Consejo federal. La preocupación material no podía ser la única aclaración para ese movimiento. Lo que significó el informe Rütli del General Guisan para la defensa militar del país, fue el discurso de Wahlen para la autonomía económica de nuestro pueblo. El no sólo formuló lo que le preocupaba al pueblo sino que le mostró un camino a seguir. El pueblo vió en él a una persona con gran capacidad directiva y a partir de ese momento, le brindó su confianza y simpatía. Nunca fue desilusionado.»
En el documental vemos una corta secuencia del discurso en la que Wahlen expresa de forma contundente, que no se entregará una porción de libertad por una porción de pan. Fue ese deseo de independencia y libertad existente desde hace siglos, el que se despertó en la población, y que sentó las bases para la realización del plan. Hoy se trata de reavivar ese espíritu, y en caso de que se haya perdido, de volver a generarlo para hacer lo oportuno en la situación actual.

Una gran obra en común

¿En que consistía concretamente el plan de cultivo? Para sus consideraciones Wahlen partió del peor de los casos: la imposibilidad total de acceso a las importaciones. Al respecto dice en su discurso – y sus declaraciones parecieran ser actuales: «¿Qué significa esa suposición? Simplemente que tenemos que hacernos a la idea de una autarquía alimentaria total. […] Esa idea de la autarquía, que hasta ahora dejábamos de lado por ser un país orientado a la exportación, se convierte en una amarga necesidad. De ella resultan las siguientes exigencias:
1.    Una administración sumamente económica de todas las provisiones y materias primas para que alcancen por un período de tiempo lo más largo posible.
2.    La máxima utilización de las materias primas que tiene el país, incluso aquellas hasta el momento poco o no utilizadas, como el reciclado de desechos, y la producción de materiales sustitutivos.
3.    Organizar rigurosamente todos los medios materiales de producción disponibles, y emplearlos donde sean más útiles para la economía.
4.    Organizar también rigurosamente la distribución del trabajo, en primera línea en la producción de productos alimentarios, reduciendo sin consideración toda actividad que no sea de importancia vital.
El documental muestra cómo se vivían esas exigencias en la práctica. Numerosos testigos de la época relatan cómo participaron activamente en esa gran acción. Hermann Bieri, de 95 años de edad, era en aquel momento el jefe de los expertos suizos que examinaban en todo el país dónde podía ganarse terreno de cultivo. El aclara porqué Suiza necesita más superficie para el cultivo de patatas, verduras y cereales:
«Por ejemplo: si un campesino utiliza hierba para producir leche, y con esa leche alimenta terneros, entonces se dispone de carne de ternero. Para alimentar a una persona con calorías de carne de ternero, se necesita una pastura de unas 30 áreas de superficie - según la región. Si sobre esa misma superficie se siembran patatas, verdura u otros productos agrícolas, se pueden alimentar entre cinco y diez personas. Depende naturalmente de la calidad del suelo. […] entonces, ¿dónde tenemos la posibilidad de hacer más explotación agrícola? En realidad habría que examinar cada una de las granjas en Suiza; ésto no es posible porque son más de 200 000. Podría examinarse cada municipio, pero ¿quién se encargará? En la comuna será el director de agricultura y en el cantón el representante de la Oficina de agricultura.»

Desde el exámen del terreno hasta el plano catastral

Hermann Bieri aún hoy tiene presente los esfuerzos de aquel momento. Equipado con el mismo portafolio y la misma sonda para perforar como hace más de 60 años, nos demuestra cómo tomaba pruebas del suelo para examinar para qué tipo de cultivo era apto. La manera como Bieri y otros testigos de la época toman la tierra en las manos y nos la muestran, es una expresión de la valía del suelo fértil como base para la alimentación. ¡Qué diferencia con el derroche de buena tierra de cultivo en la época actual! «Con este portafolio iba tras los expertos y miraba si trabajaban con iguales criterios. Yo también llevaba una sonda para tomar pruebas del suelo y evaluarlas personalmente. Aquí tengo un suelo maravilloso para el cultivo. Es tierra fértil donde se puede sembrar de todo: remolacha, trigo y también buen pasto. La tierra es la base para la alimentación de todo nuestro pueblo suizo.»
Los expertos suizos en cultivo, quienes junto a los dirigentes de las comunas inspeccionaron todas las 3000 comunas, contaban con un mapa en escala 1 : 25 000. Primeramente dividían las comunas en parcelas que después examinaban una a una. De ese trabajo resultaron los llamados «cuadernos catastrales», a través de los cuales se obtuvo una idea general de la superficie cultivable. Esta fue la base para desarrollar el plan. A partir de ahí, se consideraba qué se podía plantar en cada parcela, teniendo en cuenta la altura, la topografía y la calidad del suelo.
El Profesor Ernst K.Keller, sucesor de F. T. Wahlen en la ETH, aclara en el documental la influencia de los distintos parajes en el cultivo: «Tenemos parajes muy diversos, y es lógico que hay grandes diferencias entre los cultivos adicionales. El terreno, el tipo de suelo y el clima juegan un papel decisivo. En la región de Emmental se cuenta con colinas de tierra fértil – sobre todo apropiadas para cereales robustos como escanda y patatas. En ciertos terrenos en declive abrupto es necesario utilizar el arado a cuerda, y las patatas, al cosecharlas, peligraban de caer rodando. Después la región central, por ejemplo cerca de Cerlier, con multicultivo y buen suelo. Similar es la zona de Zurich con cultivo de cereales, aunque no se puede hablar de un verdadero granero de cereales. La región de Lucerna – más lluviosa y de mayor altura – es más verde, pero allí se ve poco terreno cultivable. Finalmente en la región de St. Gallen y en las dos de Appenzell – situadas a mayor altura, con mucha lluvia y suelo fértil – tenemos una zona verde ideal para el cultivo de pastos. En estas regiones tan distintas se realizó el cultivo adicional. Naturalmente, se pudo cosechar más en las zonas llanas que en las de los prealpes.Todo ésto tuvo que ser considerado en el planeamiento del cultivo adicional.»

Arar donde nunca se había arado

El cultivo adicional significó un cambio profundo para la agricultura suiza. Para lograr el objetivo de duplicar la superficie cultivable, hubo que hacer esfuerzos adicionales.Había que arar donde nunca se había arado. Por un lado se cultivaron prados situados hasta 2000 metros de altura, por otro lado – por sugerencia de Wahlen – se aró en terrenos «nuevos». Esos terrenos fueron ganados para el cultivo a través de desagües, avenamiento, bonificación y desmonte de árboles y arbustos. En las imágenes del documental podemos ver cuán dificultoso resultaba arar en terrenos en declive, desmontar y disecar terrenos pantanosos. Pero vemos también con qué decisión y severidad los hombres hacían ese trabajo: no hay ninguna señal de aversion sino al contrario, de orgullo. Ese orgullo se nota en las palabras de Hans Oehen, un campesino de Suiza central. Oehen relata que F. T. Wahlen demostró en la planicie de Linth cómo se gana terreno cultivable de una zona pantanosa. «El método lo seguí desarrollando en Rotmatt, para mostrarle a los vecinos cómo podemos ganar terreno para cultivo en nuestra zona para el plan Wahlen. En 1939 hice un cambio en la explotación de mi granja para lograr un 50% de terreno arable. Para lograr esa superficie tuve que desmontar muchos árboles. Los vecinos no lo entendían, pero fue necesario para poner en práctica el plan. Al lado de la autoruta (Gotthardbahn) se ve ahora una zona industrial que en 1939 era un gran pantano. En ese mismo año, cuando desde Meierskappel atravesé esa ciénaga, pensé: «Allí se podría lograr una zona de cultivo para realizar el plan Wahlen. Vean qué buena tierra se ganó del pantano.»

Ayuda para la reestructuración

La puesta en práctica del plan de cultivo fue difícil por muchos motivos. En Suiza, por ser un país rico en pasturas, en las zonas de colinas y montañas se dedican desde hace siglos a la industria lechera. Por eso, muchos campesinos no tenían ni las instalaciones ni la experiencia necesarias para dedicarse al cultivo. Por esta razón, la transformación del terreno en tierras agrícolas, significó un enorme esfuerzo, sobre todo para los campesinos de zonas tradicionales de pastoreo. Hans Gujer, antiguo experto en cultivo de forraje dice: «En las granjas dedicadas al pastoreo faltaban herramientas para el cultivo: arado, rastrillo, sembradora, tampoco tenían caballos ni los pertrechos para tirar el arado. Los campesinos – y sobre todo las campesinas – entrenaban a las vacas para tirar y después las enganchaban al arado. En los establos no había casi lugar para almacenar las patatas. Los campesinos tuvieron que proveerse de herramientas, tuvieron que ampliar las instalaciones, y además, estaba el riesgo de un nuevo tipo de explotación que les era desconocida. Por eso eran indispensables el asesoramiento y el adiestramiento: ésto debía ser organizado.»
Ya en su discurso en Zurich, Wahlen acentuó la importancia del adiestramiento – tanto de los expertos como de los campesinos. El había propuesto, que en los meses de invierno se instruyera en las escuelas agrícolas a los dirigentes del cultivo en las comunas. En su trabajo de persuasión, Wahlen y sus colaboradores demostraron tener la sensibilidad necesaria para comprender los problemas que traía la reestructuración. Buscaron el contacto con los campesinos y les aclararon sobre la necesidad absoluta de esas medidas.
Walter Schmid, asesor de aquel entonces, relata porqué ese trabajo – por razones comprensibles – podía ser problemático. «Como asesor para de fruticultura tenía el encargo de buscar dónde los árboles eran poco productivos y decir que, por esa razón, éstos podían ser talados. Un muchacho jóven no era bien visto por los campesinos quienes pensaban: ¿Este nos quiere decir qué es lo que tenemos que hacer? Yo tenía la sensación de que no había otra solución, la oficina de cultivo lo exigía, y el campesino finalmente tuvo que talar los árboles.»

Solidaridad de todos los grupos de la población

El hecho de que muchas personas se comprometieron con el trabajo del plan Wahlen, significó un gran apoyo para los campesinos y para la persistencia del pueblo: «Para los campesinos fue un apoyo alentador el hecho de que también en otros sectores hubo movilización. Establecimientos industriales ayudaron al cultivo adicional. Aquellos que tenían más de 20 empleados estaban obligados a cultivar dos áreas por persona. En 1943, cooperaron 4500 establecimientos y se cultivaron 8000 hectáreas de territorio industrial. Con frecuencia enviaban a los aprendices a trabajar en el campo. F. T. Wahlen declaró que las familias que tenían tierra propia, debían utilizarla y autoabastecerse con verdura. Ningún pedazo de tierra debía quedar sin cultivar. Muchos lugares públicos fueron convertidos en terrenos de cultivo. Por ejemplo, en la plaza Federal en Berna había un terreno sembrado de patatas. Lo mismo sucedía en otras ciudades y comunas.
La administración pública iba al frente con un buen ejemplo. Pero no hay que olvidar la iniciativa privada, la participación voluntaria de muchos ciudadanos en el cultivo. […] Un apoyo especial recibieron los campesinos a través de un ‹servicio de faenas de campo›. Jóvenes, estudiantes y aprendices estaban obligados a colaborar tres semanas al año. Se los enviaba dónde era necesario, a veces en grupos. Por ejemplo, se veían jóvenes que trabajaban en un terreno en la alta montaña, sacando las piedras para que puedan sembrarse patatas.»
Emilie Liebeherr antigua consejera municipal de Zurich dice al respecto: «Tengo un buen recuerdo del servicio en el campo. Nunca tuve que trabajar en el campo porque no éramos una familia de campesinos. De pronto desde el cantón Zurich me convocaron para que vaya a Bachs – al sur de Zurich, no muy lejos de aquí – para hacer mi servicio agrícola en la granja de una familia.» Sería muy beneficioso para la juventud de hoy si pudieran hacer un servicio agrícola!

Testigos de la época relatan

A través de los relatos de testigos de la época, queda documentada la participación de toda la población. Sobre todo los relatos de las campesinas son persuasivos, y permiten al espectador ubicarse en esa situación histórica.
Es notable con qué seriedad y naturalidad las mujeres relatan sobre la situación en aquel momento. Rosalie Wisler-Flückiger describe el 1 de septiembre de 1939, el día de la mobilización. «Fueron dos imágenes totalmente contrapuestas: a la mañana, un día de primavera apacible y tranquilo. A la tarde sólo soldados por las calles, todo era abatimiento, había una calma inquietante. Teníamos temor.»
Liseli Spychiger-Flückiger relata: «En nuestro hogar el hermano mayor y el ordeñador estaban en servicio, y nosotros tratábamos de hacer su trabajo. Yo nunca había cortado pasto, ni había ordeñado y los otros trabajos también tenían que hacerse. En el invierno, mi hermana y yo trillábamos los cereales y nos ocupábamos de las verduras. Las cargábamos y las transportábamos para entregarlas. Tuvimos que ayudar a cortar leña en el bosque. En aquel tiempo los soldados no tenían mucha licencia.»
Kläri Gerber-Gugelmann describe cómo un grupo de soldados alojados en su casa ayudaron en su granja. «Por suerte el 2 de septiembre ya se alojaron los soldados: 40 hombres en el granero, 10 en el henil, lo caballos en la era; los oficiales comían en la sala de estar, los soldados en nuestro comedor y a nosotros nos quedaba la cocina. Todos los dormitorios estaban ocupados por los oficiales. Pero la gran ayuda fue, que el capitán le preguntó a mi madre qué trabajos tenían que realizarse, y cuántos hombres necesitaba, y los delegó bajo la condición de que yo también participara.»

Justicia social por medio del racionamiento

El plan Wahlen no sólo incluía el cultivo adicional de verdura, patatas y cereales – alimentos que necesitan para su producción grandes superficies – sino también el reparto justo de los escasos productos disponibles. Por eso, a partir de la primavera en 1942, se racionó la carne, en el otoño la leche, y después otros alimentos. «No era justo que sólo los que podían pagar altos precios y proveerse de reservas tuvieran suficiente para comer. El problema se solucionó con la repartición de bonos para las familias y las personas solas. Con esos bonos se podía comprar una cierta cantidad de alimentos, y podía lograrse una buena combinación de comidas y bebidas». En las imágenes documentales se puede ver con qué seriedad y calma la gente cambiaba los bonos por productos alimentarios. Marta Rettenmund relata: «Carne no había mucha. Recuerdo que sólo una vez a la semana nos daban una salchicha. El queso era magro, no como un Emmental.»
A través del plan Wahlen se logró que en Suiza nadie sufriera hambre. Un estudio que se hizo después de la segunda guerra mundial para investigar el estado de salud de la población, demostró que los habitantes eran más sanos que en la actualidad.
Por medio del plan de cultivo se logró el máximo objetivo: «Comparado con la época de la preguerra, la superficie de cultivo se duplicó. Esto hizo posible aumentar considerablemente la producción de productos importantes para la alimentación, como cereales, patatas y verdura. De gran importancia fue duplicar la producción de patatas. El autoabastecimiento mejoró año tras año. Del 52% en la preguerra se llegó al 73% en el año 1944. Afortunadamente, no tuvo que racionarse el consumo de patatas, fruta y verdura durante la guerra. Con el plan Wahlen y los enormes esfuerzos de las familias campesinas, se aseguró el abastecimiento en todo el país evitando una hambruna.

La situación actual de la alimentación

Los ciudadanos críticos se preguntan cómo es la situación alimentaria actual del país. El Prof. Dr. Pius Hättenschwiler de la Universidad de Friburgo dice al respecto: «A corto plazo, el abastecimiento alimentario es más seguro que nunca. Por un lado, porque está dentro de un marco económico sólido de abastecimiento general del país; por otro, porque hoy empleamos los medios más modernos de planeamiento, información y comunicación. Cuando digo a corto plazo, me refiero a seis meses. Por ese plazo, podemos casi asegurar el nivel alimentario actual. Después, habrá que ajustarse algo el cinturón, pero no vamos a padecer hambre. Contamos realmente con el potencial de abastecimiento que tiene aún hoy la agricultura. Pero tenemos que ser conscientes, que la agricultura puede dar su rendimiento siempre que no se la disminuya demasiado. Sabemos cuál es la tendencia. La presión del comercio internacional es grande, y el pensar a corto plazo se ha generalizado. Espero que esta documental contribuya a que se entienda mejor, que a largo plazo, la seguridad alimentaria se basa en nuestra agricultura.
Está en manos de cada uno de nosotros, el entender y hacer conocer la importancia que tiene nuestra agricultura para toda la población.

Autoabastecimiento – un motivo de orgullo

Finalmente, el Prof. Ernst K. Keller honró el valor del completo plan de cultivo y agradeció a la generación de aquel momento por su enorme eficiencia: «Se pudo ver lo que significó el plan de cultivo y al fin de la guerra uno se preguntó si se había logrado el objetivo. Fritz Traugott Wahlen dice al respecto: ‹El objetivo a corto plazo se ha logrado: poder subsistir en tiempos difíciles.› También se dió a conocer que la población entera colaboró, no sólo los agricultores sino todos; no olvidemos a los internados y a muchos otros que ayudaron. Todos los que participaron sienten un cierto orgullo, de ahí la expresión: ‹autoabastecimiento – un motivo de orgullo›.Todas las medidas que impulsaron la colaboración de la población, favorecieron también el deseo de persistir y con él, la defensa espiritual del país. Podría decirse que esa defensa espiritual fue tan importante como la defensa militar. También la solidaridad entre los distintos círculos de la sociedad fue reforzada en gran medida: De pronto había un mayor entendimiento, y eso ayudaba a su vez también a la persistencia y a la defensa espiritual.
Por algo, en una oportunidad, el General Henry Guisan recibió al caporal abanderado Fritz Traugott Wahlen calificándolo como el ‹General del plan de cultivo› Esta fue una distinción muy especial para Fritz Traugott Wahlen. Finalmente queremos agradecer por su ayuda a todos los que colaboraron con él.»    •

1    Mientras no se indican las fuentes de las citas, éstas provienen del comentario de la película.

El dia internacional de la patata

La patata es un producto alimenticio básico para innumerables personas en todo el mundo. Ese tubérculo nutritivo se siembra por todas partes, y en los países en desarrollo su producción sigue en aumento. La patata es un instrumento valioso en la lucha contra el hambre y la pobreza. Esto llevó a que, en 2008, ésta haya sido uno de los temas en la ONU.

Importancia de la patata para la alimentación

Para el plan de cultivo Wahlen la patata fue de especial importancia, sobre todo por ser muy nutritiva. Además de un alto porcentaje de fécula, las patatas maduras contienen proteínas fáciles de digerir: entre todas las plantas que contienen proteínas, la patata es la que posee las proteínas que mejor asimila el organismo. Además contiene abundante vitamina C y B.

F. T. Wahlen aboga por la patata

Extraído del folleto dedicado al año internacional de la patata bajo el título «La patata – base vital para la humanidad»: «Ninguna otra planta produce tantas calorías por metro cuadrado cultivado como la patata […].» Para asegurar la alimentación siguiendo el llamado «plan Wahlen», la población suiza plantó patatas incluso en el centro de las ciudades.

Fuente: Página web del DDC

Documental 1
Friedrich Traugott Wahlen y
La batalla del cultivo
(1940–1945)

La «batalla del cultivo» nos ha protegido de una hambruna a causa del cierre de las fronteras durante la Segunda guerra mundial. Su creador F. T. Wahlen partía del siguiente principio: «seguridad alimentaria por medio del autoabastecimiento.» Los campesinos y también los que no trabajaban el campo, sembraron patatas y otros productos agrícolas a lo largo de todo el país. Fue una solidaridad nacional para hacer frente con una agricultura robusta, al peligro de guerra y de hambruna.
El documental muestra ese capítulo notable de la historia Suiza: con imágenes de ese período y relatos de testigos que aún viven, evoca la batalla del cultivo y la historia de la generación de nuestros abuelos.
«El documental resultó de una profunda convicción: que esa voz y ese logro no caigan en el olvido.El documental muestra claramente el valor de esa convicción.»

(Consejero federal
Samuel Schmid)

Documental 2
Friedrich Traugott Wahlen
y el desarrollo de
nuestra agricultura

Durante toda su vida, Wahlen abogó por una agricultura fuerte y un campesinado próspero en interés del abastecimiento del país, y por una cultura campesina cuyo objetivo vaya más lejos de la simple ganancia material.
Campesino de orígen, fue profesor de la ETH en Zurich y consejero federal. De espíritu abierto, conocía la agricultura de todos los continentes gracias a sus actividades en Canadá y después en la Organización de la UNO para la alimentación y la agricultura (FAO), de la que fue director adjunto.
En el documental, los antiguos expertos en agricultura del equipo de Wahlen, describen el trabajo de cultivo adicional de la época. Estet atañe también a la seguridad alimentaria actual de Suiza.
Además, el documental evoca la influencia de Wahlen en nuestra agricultura y su evolución después de la segunda guerra mundial. Los campesinos y campesinas relatan cómo le hacen frente a los desafíos actuales sin olvidar la belleza y nobleza de esa profesión.

Documental 3
Friedrich Traugott Wahlen:
el político, el cristiano,
el hombre


¿Quién era ese suizo de envergadura? ¿Cuáles fueron sus valores, su filosofía, sus pensamientos, y sus logros en Suiza?
De tres grupos de debate organizados especialmente para ese documental, resultó un documento excepcional.
Los temas abordados fueron:
Wahlen el político
Wahlen el cristiano
Wahlen el hombre
El rol y la importancia de la Sra. Wahlen
En el primer grupo, bajo la dirección del conocido moderador de TV Charles Clerc, tomaron parte:
Walther Hofer, ex consejero nacional
Peter Gerber, ex consejero de la Cámara de representantes cantonales
Peter Schmid ex consejero
de estado (Berna)
Paul Siegenthaler, ex consejero
de estado (Berna)
En los otros dos grupos de debate se reunieron familiares y antiguos colaboradores y alumnos de Wahlen.

Cifras y hechos relativos al plan Wahlen

•    Extensión de las superficies cultivadas (217 222 ha) a medio millón de hectáreas (superficies cultivadas antes del plan: 19% tierras laborables, 81% prados. Después: 46% tierras laborables, 54% prados).
•    En 1943, más de 150 000 ha. de prados naturales habían sido cultivados.
•    En 1946, un año después de la última etapa del cultivo adicional, se había casi duplicado la superficie de cultivo (60 000 ha. más de las previstas).
•    Empresas con más de 20 empleados estaban obligadas a cultivar dos áreas por empleado.
•    En 1943, unas 4500 empresas participaron en este plan llegando a cultivar más de 8000 ha.de terreno industrial.
•    Medio millón de pequeños agricultores y los empleados de 12 000 empresas cultivaron 20 000 ha. suplementarias.
•    Además de la reestructuración de la producción, el plan Wahlen exigió un cambio en la alimentación: 2700 calorías diarias por persona.
•    En 1944 la producción de patatas se había duplicado (en 1940: 91 000 vagones de 10 toneladas; en 1944: 182 000 vagones).
•    Según el BauernZeitung (1999 /4) la cosecha de patatas se había incluso triplicado; la producción de cereales para pan se había duplicado y la de verduras cuadriplicado.
•    Grado de autoabastecimiento antes de la guerra: 52%, después de la guerra: 73%

Fuente: Peter Maurer,
Anbauschlacht, Landwirtschafts­politik, Plan Wahlen, Anbauwerk 1937–1945, Zurich, 1985 y Wikipedia