Zonas metropolitanas: una estrategia encaminada a la gobernación mundialpor Pierre Hillard, París*Las ciudades y las colectividades locales son de fundamental importancia para la estrategia de los globalizadores. Bajo la apariencia de fortalecer las autonomías locales, éstos planean, a todos los niveles, medidas tendientes a la desintegración de los estados nacionales, con el fin de lograr una gobernación mundial. Una extensa red de conexiones permite la formación de nuevas estructuras a nivel local, las que se extienden a organismos políticos a nivel regional, después continental, para finalmente terminar a nivel global en una única «esclusa»: el gobierno mundial. Esa estructura tiene como fin eludir el poder político de los estados. Esa es la meta de la institución «Ciudades y gobiernos locales unidos» (CGLU). «Autoadministración» comunal atada a la cuerda de BruselasSi bien esas tres organizaciones perduran, en 2004 se unificaron en París creando la CGLU, con asiento en Barcelona. Esa organización mundial presidida por el alcalde de París, Bertrand Delanoë tiene varias secciones. En el caso de Europa, tiene una formación piramidal que se apoya en la carta europea de la autoadministración comunal de 1981, elaborada por el reportero alemán Galette. Esa carta se inspiró en el sistema político alemán. Así, cada país europeo está provisto de un instituto propio para cuestiones locales, que cada vez más debe corresponder con las instancias supranacionales de Bruselas que con las autoridades nacionales. Podemos mencionar los ejemplos de Francia, Asociación Francesa del Consejo de comunidades y regiones de Europa (AFCCRE por sus siglas en francés) y de Suiza, Asociación suiza para el Consejo de las comunidades y regiones de Europa (SVRGRE por sus siglas en alemán). Bajo el dictado de la Central mundialCCRE es sólo una sección de CGLU. Secciones similares a las europeas se encuentran en todos los continentes. De hecho, esa asociación mundial está compuesta de siete secciones regionales: CCRE (con asiento en Bruselas), África (sin asiento oficial), región asiática del Pacífico (con asiento en Jakarta), Eurasia (con asiento en Kazan), Latinoamérica (con asiento en Quito), Medio Oriente y Asia occidental (con asiento en Estambul) y Norteamérica (con asiento en Washington). Para que esas organizaciones operen en forma conjunta se elaboró una Carta mundial de la autoadministración (www.rgre.de/schlagzeilen/resolutionen/-weltcharta/entwurf.htm). Inspirado en la Carta de la UE, ese documento fue redactado por Heinrich Hoffschulte, presidente de un grupo de trabajo dentro de la ONU, y su función es tener bajo tutela a todas las corporaciones comunales en el mundo. De hecho, la colaboración entre las instancias europeas y la ONU es evidente: Heinrich Hoffschulte había sido vicepresidente de CCRE en los años 90 bajo la presidencia de Valéry Giscard d’Estaing. * Pierre Hillard es profesor de relaciones internacionales en la Escuela de economía ESCE en París, y autor del libro «La Fondation Bertelsmann et la Gouvernance mondial» (La fundación Bertelsmann y el gobierno mundial) publicado en 2009 en la Edition F. X. de Guibert. |